La Asociación de Amigos Vía de la Plata-Camino Mozárabe de Ourense tiene previsto homenajear al cura párroco de A Bandeira, José Espiño Mato, con motivo de la cuarta edición de su semana cultural y debido al apoyo del sacerdote y su condición de “valedor” de la peregrinación jacobea. Precisamente ayer el clérigo posaba ayer delante de la exposición cedida por los organizadores del homenaje que se puede contemplar en el salón de actos del Centro Cultural Vista Alegre.

-¿Qué le parece el homenaje que le piensan hacer el sábado sus amigos de Ourense?

-Son muy buena gente, aunque no me lo cuentan todo porque dicen que quieren darme una sorpresa. Somos amigos de viejo y siempre tuve muy buena relación con todos ellos.

-¿Cómo son los peregrinos a los que trata usted en A Bandeira?

-Hay de todo. Los de Castilla y Extremadura son distintos, más áridos (risas). Pero, en general, se tratan de personas de buen corazón. Hace poco me hicieron llegar un diario desde Sevilla de parte de uno de los peregrinos que ayudamos. Otro con el que tengo muchas anécdotas es don Blas, un sacerdote de Salamanca que me tiene mucho aprecio y con el que tengo vivencias muy interesantes.

-¿Piensa que el Camino de Santiago se ha secularizado tanto que, en algunos casos, se trata de excursionistas y no de verdaderos peregrinos?

-Hay devoción, también. Algunos vienen con esfuerzo, por promesas o por turismo. Y otros por ver mundo. Incluso los hay que vienen huyendo. Conocí a una señora de Alicante, que tenía a los hijos metidos en la droga, que hizo el camino para alejarse de ellos y hacía 10 o 15 kilómetros diarios. No lo debería contar, pero también conozco a uno de Ourense que hizo la peregrinación para quitarse de encima a sus dos hijos, al parecer también drogadictos, que le habían vendido todo mientras convivía con ellos. Y como ellos hay muchos más que aprovechan la ruta jacobea para escapar de sus calvarios particulares y dejar atrás unas preocupaciones terribles.

-¿Cuántas veces hizo el Camino de Santiago?

-En total dos. La última hace dos años desde Lalín, porque tampoco estoy ya para muchos trotes. La vez anterior lo hice desde más lejos porque, como sabe, hay que recorrer un mínimo de 100 kilómetros a pie para poder adquirir la Compostela.

-¿Dígame un tramo preferido que no sea el de la Vía da Prata?

-Cualquiera de los de montaña son bonitos, pero muy cansados. A mi me gusta mucho, por ejemplo, el que va de Oseira a Dozón porque es muy entretenido y cómodo de hacer.

-¿Cuántos años lleva ejerciendo el ministerio en A Bandeira?

-Se cumplen ahora 59 años. La verdad es que el tiempo pasa muy rápido, ¿no cree? Siempre me he sentido muy a gusto en esta parroquia, aunque también guardo un grato recuerdo de mi paso por misiones, en Venezuela y el Caribe, donde coincidí con sacerdotes jesuitas.

-¿Se emocionará el sábado cuando sus amigos le rindan homenaje?

-No lo sé. Lo que sí quiero es expresar mi agradecimiento a todos ellos por su amistad y por su dedicación a la pervivencia de una ruta como la mozárabe.