Triunfadores y derrotados optaron por digerir la nueva situación durante sendas comidas que compartieron con sus afines. Los primeros eligieron la discreción de una casa particular en Escuadro para celebrar su triunfo en el pleno. Allí se reunieron los dos ex concejales del PSOE (Ofelia Rey Recimil y Javier Cuiña Maceira) y los cinco que dejaron el Partido Popular y ahora son, como los anteriores, no adscritos: José Fernández Viéitez, Eva Lojo González, María Concepción Vázquez Granja, Javier Presas Saborida y Alejandro Vidueiros Framiñán. Allí estaba previsto que concurrieran también simpatizantes y militantes del PP, partido en el que se dieron de baja los cinco ediles populares que apoyaron la censura para evitar la expulsión a la que les abocaba el pacto antitransfuguismo. De hecho, incluso estaba prevista la asistencia de cargos de la formación conservadora en Pontevedra.

Quien no participó en la fiesta fue el único edil del PP que seguirá como tal en esta formación, Manuel Mato Andón, que tampoco quiso asistir al pleno al estar en desacuerdo con la moción de censura. Mato confesaba anoche que había vivido una jornada muy tranquila en su domicilio de Rellas y que, mientras sus ex compañeros seguían "encerrados" en la Casa da Cultura, él estaba echando la partida en un bar de Chapa, como de costumbre. El concejal de más edad de la corporación había pedido a sus ex colegas que le dejasen al margen durante la jornada de ayer, aunque tiene previsto retomar la actividad municipal con normalidad en las próximas semanas.

Con los promotores de la censura abandonó la Casa da Cultura el concejal socialista Gerardo Lázara, aunque no estaba prevista su presencia en el ágape de Escuadro, según confirmó él mismo a esta Redacción. "Eu non –respondió, un tanto perplejo, al ser preguntado–, nin o sabía". Y añadió: "Nin irei á de Escuadro nin a de Graba".

Y es que en un restaurante de esta parroquia se congregaron los miembros del gobierno saliente (Paula Fernández Pena, Manuel Cuiña Fernández y Dolores García Troitiño), así como cargos, militantes y simpatizantes comarcales del PSdeG.

Pena llamó a la puerta

Por otro lado, instantes antes de marchar a la comida, Paula Fernández Pena denunciaba el comportamiento de Ofelia Rey en las horas previas al debate de la moción. Según Pena, la entonces candidata a la alcaldía trató de impedir el acceso del público a la sesión, mediante el cierre de la Casa da Cultura. En una reunión con agentes de la Policía Local, intentó modificar el plan de seguridad que había diseñado Pena y que había sido remitido a la corporación. Pero Pena hizo valer, en una de sus últimas órdenes, su poder como alcaldesa para garantizar el acceso al recinto. Ella misma se topó con la puerta cerrada y tuvo que llamar para que le permitiesen acceder al local. Iniciada la sesión, y hasta casi dos horas después de finalizar, el local estuvo "tomado" por simpatizantes del PSOE, lo que llevó al nuevo gobierno a dilatar su salida.