La temporada de caza congregará mañana en los montes de la comarca a unos 2.200 amantes de este deporte que, en algunos casos, ya llevan algunos meses practicando la caza mayor. Es el caso de la Sociedad de Caza de Silleda, que supera el medio millar de miembros y que desde el primer fin de semana de septiembre ya tiene autorización para abatir grandes piezas. Su presidente, Toño Fernández Pena, explica que hasta ahora se han matado 10 jabalíes, pero que se elude la captura de corzo por su escasa densidad en las 16.400 hectáreas de que dispone el colectivo.

Las cifras que maneja la sociedad silledense sólo se ven superadas por el colectivo de cazadores de Lalín, con 840 socios y 31.000 hectáreas. En cualquier caso, las dimensiones de todos los tecores (terrenos cinegéticamente ordenados) dezanos superan las 500 hectáreas, de modo que la cota máxima por cazador y día será de una perdiz rubia o dos conejos. Ambas son especies que o bien pueblan los montes de la comarca de forma secular –como ocurre en el Tecor Farelo de Agolada– o bien deben ser criadas y posteriormente soltadas para su caza, una práctica común en la mayoría de las sociedades de la comarca. En este punto, los colectivos de cazadores hacen constar la mortandad de conejo debido a la hemorragia vírica, sobre todo en los montes de Rodeiro –con más de 14.500 hectáreas para 340 socios– o el mencionado de Agolada. El presidente del colectivo rodeirense, José Calvo, explica que la virulencia de esta enfermedad suele producirse en los meses de más calor "e, se chove un pouco, o virus está presente en calquer herba que coma o coello, que morre de forma case instantánea" hasta el punto de que pueden perecer hasta 200 ejemplares al día. Su homólogo del Tecor Farelo (con 198 socios y 4-285 hectáreas de terreno), José Manuel Blanco, incide en que la mortandad en Galicia es muy superior a la de Castilla, por la escasez de lluvias durante el verano en esta comunidad.

También en Agolada, el Tecor de Bertaña detecta una bajada en el censo de zorros, "debido a que o ano pasado abatimos numerosos exemplares", apunta Diego Leiva. En esta zona se organizan además batidas de jabalí, que puebla más de 4.000 hectáreas de superficie que acoge la práctica cinegética de sus 110 socios.

El lobo, prohibido

Si bien se permite la persecución de jabalíes, la caza de lobo está prohibida a pesar de sus incursiones en aldeas, sus ataques frecuentes al ganado e incluso a perros de caza, como apunta José Manuel Civeira, secretario de la Sociedade de Caza de Dozón. El municipio, como es lógico, cuenta con el menor número de socios y de superficie de la comarca, 90 y 7.000 respectivamente, y puede cazar hasta un máximo de 5 corzos en temporada y 400 conejos.

Por último, la Sociedade de Caza de Vila de Cruces dispondrá durante esta temporada de ejemplares de conejos que la propia entidad cría en régimen de libertad. Este colectivo aglutina a 160 socios y 10.300 hectáreas de monte.