¡Salid, músicos, al balcón, los vecinos estamos aquí!

El cuentacuentos Celsiño aseguraba ayer, al término del quinto y último concierto de la jornada, que con los recitales en el Balcón da Maragota "queremos reivindicar as zonas peatonais. A iniciativa A cultura abre-casas quere abrir espazos privados a actos públicos". Y así ocurrió. Poco antes de cada recital, jóvenes y mayores detenían su paseo por las calles Principal, Colón o Matemático Rodríguez para deleitarse con la música que sonaba gratis y diáfana desde el primer piso de la conocida vivienda. En esta ocasión, la conocida tuna de "Salid, niñas, al balcón", cambiaba la letra, puesto que por la balconada desfilaron no jovencitas ansiosas de oír las composiciones de los universitarios, sino el zanfonista Germán Díaz –entre los mejores a nivel europeo–, la Banda da Casa do Antón, los clarinetistas Manuel, Cheíto y Diego o el dúo que conformar Benxamín al oboe y Quintá con el acordeón diatónico. Tampoco faltó a la cita el pase de María y Luis, armados respectivamente de violín y guitarra. Aunque muchos de estos artistas tenían prevista una actuación a mayores en el jardín, la intermitente lluvia obligó a suspender estas actuaciones. Eso sí, aplausos no faltaron, igual que tampoco se echó en falta la sana curiosidad de todos los paseantes por conocer ese espacio verde que, por lógica, siempre estuvo cerrado al público "e que a partir de agora, igual que o balcón, estará para moitos ligado a un concerto que axudou a cambiar a perspectiva de camiñar pola rúa" afirmaba, rotundo, Celsiño. El poder conocer esta vivienda de puertas adentro supuso un detalle por parte de sus dueños, al igual que ocurrió con la Casa Balado, y desde esta iniciativa cultural no se descarta continuar descubriendo nuevos enclaves del casco urbano.