La alcaldesa de Silleda, Paula Fernández Pena, abandonó el consistorio una hora y media antes de que Ofelia Rey y Javier Presas registrasen la moción, sin conocer, pues, que a las doce se oficializaría la propuesta del cambio de gobierno. Pena dedicó parte de la mañana a tareas propias de la gestión municipal y poco después salió de Silleda conduciendo su coche oficial hacia Santiago de Compostela, donde tenía prevista una reunión de la Fegamp (Federación Galega de Municipios e Provincias). Minutos antes, la mesa de su despacho estaba repleta de documentos, entre los que figuraba un amplio informe sobre las deudas pendientes entre el concello y la Semana Verde, que la Consellería de Presidencia se muestra ahora reticente a abonar. "É incrible a diferencia que hai entre as débedas reais de impagos deste concello de mandatos anteriores e a cifra final cos correspondentes intereses", declaraba la mandataria ayer. Y es que Pena se resistía a que la dirección de la Semana Verde, que ahora recae en el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, se negase a abonar los 1,1 millones de euros que habían sido acordados por el anterior gobierno autonómico.

Pero la casualidad quiso que la primera llamada que recibiese desde la administración autonómica desde que se hizo pública la moción fuese, precisamente ayer, desde este departamento. En ella la advertían de que dentro de tres semanas se celebraría una nueva reunión para abordar el temas de la deuda. "Díxenlles que falasen coa nova alcaldesa e colguei. Pretenden ir de decentes; como se non soubesen nada", declaraba ya a última hora de la mañana.

La alcaldesa conoció en Santiago el registro de la moción y decidió suspender su reunión en la Fegamp para emprender el camino de vuelta a Silleda. Durante este tiempo mantuvo contacto telefónico con el teniente de alcalde, Manuel Cuiña, que compartía un café con los medios de comunicación después de que Rey y Presas abandonasen el consistorio. Pena apareció ataviada con otro vestuario distinto, anunció una comparecencia pública para valorar los últimos acontecimientos y entró con determinación en el consistorio. Tras un par de minutos de consultas con la secretaria municipal y sin perder la sonrisa, hizo pública la fecha del pleno en el que, casi con toda seguridad, dejará la alcaldía.

3.000 firmas

Aunque ya lo tenía asumido desde hace tiempo, Pena recordará el 6 de noviembre como el día en que se concretó la propuesta para arrebatarle el poder, ese mismo que ella defiende le dieron los ciudadanos y lamenta que le sea arrebatado. Sin embargo, ahora es cuando podrá mostrar su capacidad como líder de la oposición y dejar claro que "A Rapaza" –como ella misma se denominó, y también sus detractores, aunque éstos de forma despectiva– ejercerá con mano dura la oposición. En todo caso, ya advirtió de que así será y anunció que la asociación Avanza Trasdeza, vinculada al PSOE local, recogió desde finales de la pasada semana más de tres millares de firmas contra la moción. Las direcciones gallega y estatal del PP serán las destinarias de estas muestras de condena a la censura.