Con la indignación grabada en su voz, el forcaricense Fernando García aseguró ayer haber perdido una de sus becerras en las fauces del lobo. La irrupción del cánido en la finca cerrada en la que pastaban estos animales, en el lugar de Espiñeiros (Meavía), ocasionó también heridas a otras dos cabezas de ganado. Su propietario alertó en la pasada jornada a los servicios pertinentes y procuró que las novillas que lograron sobrevivir al ataque recibiesen atención veterinaria para lograr que continúen con vida.

Fernando García no pudo precisar ayer en qué momento el lobo atacó a estas becerras. Comentó que en días alternos se venía acercando hasta esta finca para completar el sustento de los animales y que fue un vecino que pasó por la zona el encargado de dar la voz de alerta. Cuando llegó a su propiedad observó que la res muerta se encontraba prácticamente devorada.Uno de los animales heridos presentaba heridas de consideración, mientras que las que el feroz cánido causó a la tercera becerra eran de carácter leve, según las apreciaciones de su dueño.

Este vecino del Concello de Forcarei hizo hincapié en que el ataque que atribuye al lobo se produjo a tan sólo "50 metros das casas". Además, subraya que las terneras se encontraban en una propiedad cerrada con alambre de pico, material que no logró disuadir al cánido. En este cercado pastaban 16 cabezas de ganado bovino. La becerra muerta tenía alrededor de 6 meses.

Fernando García indicó que ésta no es la primera vez que el lobo se aproxima a su ganado. Comenta que en una ocasión anterior intentó atacar a unas terneras de mayor tamaño, que consiguieron escapar. Sin embargo esta vez el animal se decantó por ejemplares de corta edad.

En la finca de este forcaricense los animales se arropaban entre sí en la tarde de ayer, posicionándose unos muy cerca de los otros. García achacó este comportamiento al miedo de las terneras tras haber vivido la irrupción de su depredador. Ante esta situación, el propietario optó por retirar durante la noche el ganado de esta finca, decantándose por guarecerlos en los establos. El afectado subrayó asimismo la importante pérdida económica que este ataque trae consigo. A la muerte de una de sus reses hay que sumar la inversión acumulada durante estos meses para su manutención.