El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) acaba de concluir la construcción del viaducto del Deza, uno de los elementos más singulares del tramo Anzo-Carboeiro, ya que une los municipios de Lalín y Vila de Cruces por el escarpado valle gracias a una longitud de 1.175 metros. De hecho, es uno de los pasos más largos de todo el trayecto gallego del Tren de Alta Velocidad (TAV).

Esta infraestructura se apoya en 16 pilas y cuenta con 18 vanos, que es el espacio de cada tramo del tablero entre los soportes. La plataforma, elaborada con hormigón pretensado tiene un canto constante de 4,5 metros y un arco ojival de 150 metros de luz. Este arco se encuentra a una altura máxima de 106 metros y describe una alineación en curva circular, lo que lo convierte en uno de sus elementos de mayor singularidad.

El tramo entre Anzo y Carboeiro cuenta con una longitud total de 5,3 kilómetros y es de los más cortos de la línea Ourense-Santiago del TAV debido a su dificultad técnica por la orografía. Cuenta con un presupuesto de adjudicación de 78,6 millones de euros e incluye la construcción de los túneles de Vila de Cruces y Carboeiro, Anzo 1 y Anzo 2.

En cuanto a la construcción del tablero, el Adif informó que se ha resuelto por el sistema de lanzamiento incremental, que se lleva a cabo prefabricando dovelas de 35 metros de longitud máxima que se van empujando sucesivamente sobre las pilas mediante gatos de fricción hasta alcanzar su posición definitiva.

En otro orden de cosas, cabe señalar que el 21% del presupuesto de este subtramo, es decir, más de 16 millones de euros, se destinan a la adopción de medidas de protección medioambiental con el fin de reducir su impacto. En este sentido, el arco ojival se construyó casi verticalmente para minimizar el impacto sobre el ecosistema.