Un grupo de seis alumnos del Instituto de Capacitación Agraria de Aveyron, en el sur francés, termina hoy su estancia de 21 días en la comarca dezana, durante la que tuvieron la ocasión de aprender el funcionamiento de las explotaciones ganaderas de vacuno en la zona. Los chicos, con edades de 20 a 22 años, se dividieron en dos grupos, de modo que cuatro de ellos visitaron dos explotaciones de vacuno de leche en Vila de Cruces y otras tantas en Lalín, tanto de carácter extensivo como con ganado estabulado. Mientras, los dos jóvenes restantes se desplazaron a Dozón y Agolada para conocer el día a día de dos granjas de vacuno de carne -una de ellas cría además porcino-.

La visita corresponde a la continuidad de un intercambio que comenzó ya en julio, cuando tres profesores de dicho instituto viajaron hasta la comarca para conocer su sistema ganadero y agrícola. La embajada española en Francia los puso en contacto con Unións Agrarias, que ahora quedará emplazada a hacer una visita a las granjas francesas. Por el momento, el secretario comarcal del colectivo, Román Santalla, señalaba que una delegación de Unións acudirá el día 30 a Aveyron para estar presente en la lectura del informe final de estos alumnos en los que se recogerán las peculiaridades del sector primario de la comarca dezana.

Clima y personal

Las tres semanas de intercambio fueron “moi satisfactorias para ambas partes”, apunta Santalla, quien apunta que las cuestiones que más sorprendieron a los seis futuros ganaderos franceses fueron “a cercanía que temos os gandeiros da comarca cos animais, pois aquí un establo está atendido por catro ou cinco persoas, mentres que no sur francés abonda cunha soa persoa, de maneira que ésta atende a moitas máis cabezas”. A este mayor contacto con las reses se suma un clima más benévolo que el del país vecino y un sistema de prevención de enfermedades también más estricto.

Por contrapartida, los alumnos destacaron que en su tierra se da un mayor predominio a la actividad agraria sobre la ganadera. En todo caso, estos jóvenes asumirán en un futuro la gestión de las explotaciones de sus padres o montarán su propio negocio agro-ganadero, “o que é un modelo a seguir en Galicia, pois é un orgullo que sexan as novas xeracións as que defendan e continúen coa actividade gandeira nun país”, concluye Román Santalla.