Hace una semana, el lalinense Miguel Rúa, se alzaba con el título de campeón en la primera edición del Concurso Interterritorial Vila de Cangas, un certamen donde se dieron cita ejemplares de palomas de toda Galicia y el resto de España. Rúa es un experto en colombicultura -no confundir con la colombofilia, donde se adiestra a las palomas para ser mensajeras- que lleva años perfeccionando sus conocimientos sobre el mundo de las palomas, en especial las de la raza buchón laudino sevillano, que cría en su domicilio de la cabecera comarcal dezana. “Se trata de una raza introducida por los musulmanes en España que, entre otras, goza de buenas facultades para el vuelo”, explica este dezano apasionado por una afición que es considerada deporte, y que cuenta con una federación estatal con sede en Valencia. Miguel Rúa cuenta con una treintena de ejemplares, con predominio de los machos, que atesoran un buen número de entorchados conseguidos en los certámenes a los que acudió.

“Se compite por exposición y la colombicultura consiste en adiestrar a palomos capaces de arrastrar a otros congéneres hasta su palomar”, indica Rúa mientras hace memoria para recordar su enorme palmarés. Campeón en 2007 en el Trofeo Ciudad de Toledo, segundo y tercero en ese mismo concurso en 2009, subcampeón en 2005 en Torredonjimeno (Jaén) y en 2006 en Cartagena, etcétera. Se trata de un compendio de títulos producto de una dedicación muy metódica a un deporte que en Lalín cuenta con otros dos aficionados en la actualidad.

Miguel Rúa recuerda que necesita viajar constantemente para poder estar al día en un deporte que exige importantes desembolsos económicos. “Voy mucho al sur porque, como es lógico, en Sevilla se encuentran muy buenos buchones como los que yo crío pero también tengo encontrado palomas de calidad en sitios sorprendentes”, afirma el colombicultor lalinense que no duda en posar con su hijo, al que intenta inculcar el amor por estos animales.

Su casa no es un palomar pero la proliferación de figuras en forma de paloma denotan el pasatiempo favorito de su propietario, un deportista entregado a la causa colombófila desde muy temprana edad. El ruido del aleteo de las palomas impregna algunas estancias del domicilio situado en la Rúa Guardia Civil donde las palomas y palomos son tratados con un mimo especial. Y es que, Miguel Rúa tiene claro que para dedicarse con éxito a este deporte es imprescindible conocer a la perfección los secretos de una actividad con muchos siglos de historia.