El proyecto de rehabilitación del Pazo de Liñares, que el Concello de Lalín pretendía acometer con los fondos estatales del 1% cultural derivados del paso del Tren de Alta Velocidad (TAV) por el municipio, se encuentra en peligro por posibles cambios en el reparto de la financiación de las obras de reforma.

Inicialmente, técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que son los que presentan los proyectos a la comisión mixta de Fomento y Cultura, informaron al concello que su aportación sería suficiente con tal de que asumiese la redacción del proyecto. Esta posibilidad agradó especialmente al alcalde lalinense, Xosé Crespo, ya que inicialmente se pensaba que las arcas municipales tendrían que sufragar entre el 20% y el 30% de los aproximadamente 2,5 millones de euros en que se tasa la restauración.

En la actualidad, el concello ha recibido informaciones que apuntan a que tendrá que hacer una aportación que va más allá de la redacción del proyecto y que incluso podría ser más elevada de lo que se pensaba en un principio. Por ello, Crespo se desplazará mañana a Madrid con el fin de negociar las condiciones. El viaje se produce por la reciente catalogación del pazo por la comisión de Patrimonio de la Xunta y su posible incursión en la próxima sesión del 1% cultural, pero el posible cambio en el reparto de la financiación muda el sentido central de la visita del alcalde a la capital madrileña.

“Quero que o concello pague o mínimo posible. En principio falábase do proxecto, pero outra xente nós di que temos que asumir unha parte. En todo caso, se van poñer condicións moi leoninas é mellor que non nos dean nada”, manifestó el regidor, en clara referencia a que, llegado el caso, prefería buscar otras fórmulas de financiación.