A veces los milagros existen. La historia de David Martínez bien podría ser el argumento de un cuento de Navidad. Ciudadano cubano, consiguió hace dos años acariciar el sueño de afincarse en Galicia para disfrutar durante el resto de su vida de la tierra que vio nacer a sus antepasados. Sin embargo, las dificultades económicas que encontró a su paso y la dilatada burocracia a la que ha de enfrentarse para conseguir la nacionalidad le han hecho variar su rumbo hacia Israel. Fue en este país donde residió con anterioridad y donde tiene concedida una pensión por invalidez total. David necesitaba con urgencia reunir dinero para viajar hasta la Tierra Prometida. Si quiere volver a percibir su pensión tendría que estar allí antes del 28 de diciembre, toda una utopía para la estrechez económica que marca actualmente sus días. En plena crisis, los estradenses se han tocado el corazón y apretado el bolsillo para hacer a este cubano el mejor regalo de Navidad que podría soñar.

"Había agotado todos los medios posibles: Cruz Roja, ayuntamiento, Cáritas...", recuerda David. Un buen día se le ocurrió ponerse en contacto con el periodista Pepe Rodríguez, quien le brindó un espacio en la cadena Estrada Televisión para contar su historia. Con gran celeridad, se abrió una campaña de recogida de donativos para costearle el billete a Israel que tanto necesita. Gracias a esta cadena local, a Viajes Iberia y a la generosidad ciudadana, David volará el domingo desde Vigo a Madrid y de allí a Tel Aviv. La solidaridad de los estradenses le permitirá viajar acompañado de algo de dinero para continuar su viaje hasta el lugar en el que hace años echó raíces. Sin embargo, su deseo es continuar persiguiendo su sueño de regresar a España, a la Galicia natal de su madre y sus abuelos. Intentará gestionar el cobro de su pensión bajo cielo estradense o tramitar, contando con esta ayuda en tierra israelí, todo el papeleo para poder asentarse aquí.

David Martínez logró salir de Cuba gracias a su ascendencia judía por parte de padre, raíces que le facilitaron afincarse en Israel. Llegó a Galicia buscando trabajo pero debe antes regularizar su residencia. Pedir documentación que precisa a Cuba le supone el pago de 300 euros y volver a poner a cero su contador de días en España. No tenía ni tiempo ni dinero. Ahora tiene una nueva oportunidad. Como él mismo dice, esta vida es una ruleta, una noria. Quizás algún día la suerte le permita ser quien haga que se cumpla para otros un sueño navideño como el que él acaba de ver convertido en realidad.