A sólo dos semanas del sorteo del "Gordo" de Navidad, las cuatro administraciones de lotería dezanas -dos de ellas en Lalín y el resto en Silleda y Cruces- coinciden en señalar que los dezanos no tientan a la suerte más que otros años debido a la crisis económica, aunque sí se diversifican las apuestas "e en vez de comprar cinco décimos do mesmo número, cómpranse dous ou tres para poder apostar noutros números diferentes" señalan desde la administración número 1 de Lalín. En este despacho cuentan con tres números abonados -el 29.876, 42.675 y 20.151- que ya están agotados desde noviembre.

Precisamente, a finales del mes pasado y en las semanas previas al sorteo suele incrementarse mucho la venta, "porque a xente adoita esperar ata o final para comprar participacións e décimos", señalan. Los billetes para el sorteo navideño se ponen a la venta ya en el mes de julio, lo que permite a muchos visitantes de la zona -y emigrantes que pasan el estío en su lugar de origen- adquirir un número que dé un vuelco a su vida. Es el caso de la administración número 2 de la capital dezana, donde se vende lotería para Estados Unidos o Suiza, "e por iso cada ano nos envían máis series distintas, ata o punto que neste ano temos ata 600 numeracións diferentes", entre las que se encuentran -también agotados ya- los abonados 38.143, 46.605 y 20.150, explica el gerente del local, Manuel Fernández Buján. Y, tras la razonable venta de julio, es frecuente que el interés por la lotería de Navidad decrezca durante agosto y septiembre, "porque nestes meses a xente tén que cubrir outros gastos como o colexio ou os recibos da contribución", para repuntar de nuevo en los últimos meses del año, explica Gustavo Pousa, de la administración de Silleda.

En el municipio trasdezano sí se ha notado, sin embargo, un aumento del gasto en "el Gordo", pero debido no a la tentativa de cambiar la suerte en tiempos de crisis, "senón ao aumento de poboación cos traballadores do tren de alta velocidade". Para Pousa, "o turismo pode influir na venta de Lotería noutras zonas como_Santiago, que subiu un 10%", a la vez que desmiente que la crisis vacíe aún más el bolsillo del ciudadano para tentar al azar. "Un señor que está en crise non vai xogar 20 euros nun sorteo", ataja. Con 23 años de experiencia, este lotero recuerda que ha tenido peticiones curiosas, "coma o 11.108, que era a data en que se casou a clienta", así como los acabados en los dígitos 7 o en 5.

Fechas significativas

En esta administración -que vende las 195 series del 43.425- se apunta la escasa atracción que tienen los números bajos, mientras que en la administración número 2 de Lalín su responsable de ventas, Santiago Fernández, ha atendido peticiones "de xente que soñaba con estes números, e ata dunha persoa que só quería unha cifra composta a base de 7 e de 2, porque foi a data de nacemento do seu fillo", añade Manuel Fernández.

Y si unos se decantan por la fecha del nacimiento de un hijo o por la de la propia boda, otros recurren a la superstición y piden cifras acabadas o bien que acaben en 13 o bien que sumen esta cantidad, "pero é moi difícil de conseguir", aseguran en los dos despachos de Lalín, mientras que en el Café de Ramón, de Vila de Cruces, aseguran que esta fascinación por el número de la mala suerte por antonomasia se está convirtiendo, casi, en una costumbre entre sus clientes.