El túnel de Castro, que discurre bajo el núcleo central del Castriño de Bendoiro (Lalín), ha sido calado en su totalidad, según informa el Adif, entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Fomento y responsable de la construcción del trazado de alta velocidad que conectará Ourense con Santiago. La infraestructura se encuentra en el subtramo Baxán-Anzo, cuya longitud es de 9,08 kilómetros e incluye los viaductos de Rego de Cabirtas, Laxe, Rego das Lamas y Faniquitas, que totalizan 1.153 metros de largo. Se completa con los túneles de A Pena, Anzo, Vilar do Xestal, Castro y Bendoiro, que suman 2.655 metros. La obra fue adjudicada a Ferrovial Agromán SL por un importe de 129.559.435,23 euros.

El paso subterráneo de Castro, con una sección de 95 metros cuadrados, tiene una longitud total de 375 metros, de los que 245 son túnel de mina. La construcción se completa con un falso túnel de entrada de 105 metros de longitud y un falso túnel de salida de 25 metros. El proceso constructivo del túnel ha supuesto un considerable esfuerzo técnico y humano -reseña el Adif- por tratarse de excavaciones muy superficiales, que atraviesan terrenos alterados con monteras máximas de 20 metros, pese a lo cual se ha registrado un avance de dos metros al día excavados por métodos convencionales.

La dificultad técnica ha estado mediatizada por la presencia del castriño, que obligó a considerar algunos cambios en el proyecto inicial y la adopción de medidas que minimizasen el impacto de la obra del TAV.

La presencia del yacimiento arqueológico, datado entre los siglos III al I a.C., determinó de manera decisiva el proceso constructivo del túnel, que sustituyó parte de su recorrido en forma de falso túnel por la opción de túnel de mina. De esta manera, se variaba la rasante de este túnel y del de Bendoiro, a escasos 500 metros de distancia, propiciando la conservación del castriño, al tiempo que se favorecía la integración paisajística del entorno, del Pazo de Bendoiro y del Camino de Santiago que está en las cercanías.

En estrecha colaboración con la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, Adif realizó una serie de trabajos arqueológicos para definir la zona de influencia del yacimiento y determinar una solución técnica viable para garantizar la conservación del castro, además de realizar la excavación, estudio y documentación de la zona afectada por las obras.