La avenida Xosé Cuiña de Lalín se vino abajo a las cuatro de la madrugada de ayer justo en el punto donde se encuentra el paso subterráneo del paseo del Pontiñas. El suceso fue descubierto por un retén de Protección Civil, que inmediatamente acordonó la zona y cortó el tráfico en el tramo entre la rotonda la "Venus do Deza" en la N-525 y la glorieta de O Regueiriño.

Según confirmaron ayer el alcalde, Xosé Crespo, el director de Infraestructuras de la Diputación, Agustín Hernández, y los técnicos, el vial permanecerá cortado al menos durante varias semanas y su arreglo será bastante costoso. En primera instancia, se está tratando de reparar la traída de aguas que pasa por ese punto y que abastece al parque empresarial Lalín 2000 y a parroquias como Santiso, Prado o Bendoiro, entre otras. Operarios de la empresa Espina y Delfín trabajaban ayer a todo ritmo para tratar de restablecer el suministro en la noche de ayer o esta mañana.

En cuanto a los motivos de este derrumbe, lógicamente producido por las adversas condiciones climatológicas de nieve, frío y lluvia, aún se desconocen con exactitud. Eso sí, se barajan la rotura del tubo de acero (del mismo material que los polémicos de la autovía de O Salnés) que canaliza el Pontiñas por debajo de la citada avenida o una avería grave en la traída.

Ante esta situación, Crespo convocó de inmediato un gabinete de crisis por la gravedad de los daños y el corte al tráfico durante bastante tiempo de una de las principales arterias de la localidad lalinense. Para afrontar esta situación, contó con la inestimable ayuda de Agustín Hernández, que se presentó de inmediato en Lalín y recomendó retirar todos los escombros de asfalto, cemento, tierra, biondas y farolas que se encuentran hundidos sobre el cauce del río Pontiñas. De hecho, advirtió de la importancia de realizar estos trabajos con celeridad con el fin de evitar que se conforme una especie de pantano en el entorno del paseo peatonal y del parque botánico que hay en la zona. Por otra parte, el alcalde tiene previsto intensificar las reuniones de su gabinete de crisis a partir de mañana. En principio, convocará a los ediles Román Rodríguez y Camilo González y al asesor Javier Bugallo para ver como se afronta el arreglo, ya que cabe la posibilidad de acometer uno sencillo o construir un puente de unos 40 metros de luz, ya que así se recoge en el plan urbanístico SUE-3, que se encuentra en fase de tramitación. Además, contactará con la Diputación y la Consellería de Medio Ambiente para solicitarles partidas económicas ante esta situación de emergencia achacable a razones de fuerza mayor.

En cuanto al coste del arreglo, Agustín Hernández, ingeniero de profesión y con gran conocimiento sobre estas situaciones desde su etapa en Augas de Galicia, cifró la reparación de la canalización del río en unos 300.000 euros. A mayores, presupuestó un millón de euros más en caso de que el concello decida elevar la N-525 y construir en la zona un puente, con lo que se adelantaría esta infraestructura prevista en el SUE-3. Crespo, que se mostró contrariado por este gasto imprevisto, también baraja la posibilidad de conseguir alguna aportación de las compañías aseguradores si fuera posible.

Otra cuestión a mayores será el coste de reparación del suministro de agua, de gran importancia al abastecer al polígono y a varias parroquias rurales. En principio, los operarios de la empresa Espina y Delfín estaban afrontando ayer un arreglo provisional, que pasaría por encima de la avenida al estar cortada, pero más adelante el concello tendrá que asumir el coste de la solución definitiva.