El lalinense Andrés Pereiro Barcala, de 63 años de edad, falleció en la tarde-noche de ayer como consecuencia de un accidente laboral que se produjo en las instalaciones de la empresa de materiales de construcción para la que trabajaba.

El fallecido, natural de la parroquia de Goiás pero que residía hace bastante tiempo en la calle de O Rodo de la capital dezana, se encontraba pasadas las 20.00 horas en las dependencias de la firma Castro Senra situada a la altura 68 de la calle Areal.

Andrés Pereiro apuraba las últimas horas de su jornada laboral junto con otro compañero que hacía las labores de chófer, ya que ambos estaban poniendo a punto un camión de reparto de tamaño medio de la empresa lalinense.

Según confirmaron fuentes policiales, los dos operarios estaban engrasando el vehículo cuando, por razones que aún se desconocen, se desplomó hacia atrás y atropelló a la víctima con la rueda delantera izquierda. El camión se le vino encima y arrolló al operario lalinense, que prácticamente falleció en el acto por el impacto, por lo que no pudo hacerse nada por su vida.

Fuentes presenciales indicaron que, como consecuencia de este suceso, se levantó una gran conmoción en la empresa y, especialmente, en el trabajador que compartía faena con Andrés Pereiro, con el que mantenía una muy buen relación y que vivió el accidente in situ.

El suceso se produjo en torno a las 20.15 horas de la tarde y motivó la inmediata movilización de agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil de Lalín, que acababan de resolver felizmente la desaparición de una septuagenaria de Filgueira. En la zona también se personaron efectivos de Protección Civil de Lalín, aunque no fue necesaria su intervención, así como los servicios funerarios. También acudieron, apenas media hora después del accidente, las autoridades judiciales para proceder al levantamiento del cadáver.

Andrés Pereiro, que llevaba años afincado en la capital dezana, era una persona muy querida y conocida en el concello, aunque donde despertaba más cariño era en su propia empresa, donde llevaba trabajando más de cuatro décadas. Su fallecimiento supuso un duro golpe para muchos de sus compañeros, que acudieron a la zona.