Los campamentos son para el verano y el mes de julio, que agota sus últimos días, es su período álgido por excelencia. Terminadas las clases y ya casi olvidada la rutina escolar, las actividades infantiles giran, en gran medida, en torno a los programas de ocio compartido. Es el caso del campamento de Lalín, cuya segunda tanda se cierra ya el próximo jueves, o el de Vila de Cruces, que arranca hoy. Pero también hay visitas, coma la de una treintena de campistas de Vilagarcía que pasan una semana en Abades (Silleda).

La comitiva arousana, procedente de la parroquia de A Nosa Señora da Xunqueira e integrada por 33 personas -entre chavales y monitores-, asistió ayer a la misa en la capilla de Abades. Durante la liturgia, un portavoz agradeció la acogida que tuvo por parte de la familia Espiño. El campamento abandonará tierras trasdezanas el miércoles, día 30, tras una semana de actividades en el entorno. Este es ya el sexto año que la parroquia de Vilagarcía se asienta en Abades.

Por su parte, los 50 integrantes del segundo turno del campamento urbano de Lalín visitaron el pasado jueves, día 24, el Aquapark de la localidad coruñesa de Cerceda. Los niños, de entre 4 y 9 años de edad, finalizarán las actividades el último día del mes con una fiesta de despedida en la Carballeira do Rodo a partir de las 17 horas.

Y, si unos apuran las últimas actividades, otros las empiezan hoy. En Vila de Cruces arranca hoy el campamento urbano, que se desarrollará hasta el próximo viernes, 1 de agosto. Hay un grupo de 6 a 9 años por la mañana y otro de 10 a 13 por la tarde.