Candela Chedas / A EStrada

El vecino de San Miguel de Castro José Valladares denunció ayer los continuados destrozos que sufre desde hace más de dos años una parcela de su propiedad situada en la parroquia estradense de Liripio por la acción de reses salvajes que irrumpen en sus tierras de manera incontrolada dañando a su paso gran cantidad de árboles autóctonos como castaños, fresnos o cerezos.

La semana pasada se volvió a producir el ataque de estos animales bravos cuyos destrozos son, en palabras del propietario,"cuantiosos" ya que ascienden a más de "6.000 euros". El afectado contó a FARO que ya no sabe con quién hablar para buscar una solución al problema. De este modo, según dijo, ya dirigió sus quejas al Vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, así como al delegado provincial de Medio Rural, Gonzalo Constenla, entre otros. No obstante, y siempre según sus palabras: "Nadie hace nada y todo sigue igual. Parece que es más importante hacer fiestas que atender los problemas que tienen los ciudadanos", apuntó el titular de la propiedad.

En su "indignación" el vecino se ha visto obligado a tomar medidas preventivas. Así, instaló un cierre perimetral que "hemos tenido que costear nosotros mismos". Junto a este cierre tenían ya un pequeño muro de piedra, pero tanto uno como otro resultan insuficientes ante los ataques de estos animales.

Para llevar a cabo estas acciones, José Valladares pidió subvenciones que no han llegado a buen puerto ya que todas ellas le han sido denegadas.

Por otra parte, este vecino de San Miguel de Castro subraya que estos animales salvajes -que él cree caballos- no ocasionan únicamente daños materiales sino que también pueden suponer un peligro para la seguridad del tráfico.

Por todo ello, pide que las personas o autoridades competentes tomen medidas y asuman responsabilidades, encaminando su acción a la búsqueda de soluciones a esta cuestión que, asegura, lo lleva "mareando" mucho más tiempo del que quisiera. Tanto Valladares como su familia dicen sentirse "desprotegidos" ante estos ataques y ansían que se tomen las medidas oportunas para que puedan recuperar la tranquilidad perdida.