Xosé Cuiña Crespo es desde ayer hijo adoptivo del Concello de Ortigueira. El Teatro de Beneficiencia de la localidad coruñesa se llenó durante el acto formal de nombramiento, que estuvo presidido por el alcalde, Rafael Girón, y por el hijo del fallecido diputado gallego, Rafael Cuiña Aparicio. En la sesión se destacó el papel "clave" del que fuera conselleiro de Política Territorial en la transformación vivida por el municipio. Cientos de orteganos asistieron a la cita, que contó con la presencia de familiares -caso de los dos hijos o de su hermano Moncho- y amigos del político homenajeado. Éntre éstos, estuvieron el alcalde lalinense, Xosé Crespo Iglesias, o el presidente de la Asociación de Empresarios de Deza, José Luis Vila.

El acto se inició con la lectura del acuerdo plenario, aprobado en su día por el Concello de Santa Marta de Ortigueira, por el que se concedía la distinción al ex conselleiro en reconocimiento a su trayectoria política al servicio de Galicia y su incondicional apoyo a dicho municipio. Rafael Girón mencionó la cifra de 14.000 millones de pesetas invertidos en la etapa de Cuiña en la consellería. El alcalde reseñó que el nombramiento pretende "hacerse eco del sentir de todos los vecinos en reconocimiento y agradecimiento al apoyo y cariño que siempre demostró a Ortigueira".

El regidor definió a Cuiña como un hombre "leal a sus orígenes sencillos, a sus convicciones, a su pueblo, a sus paisanos y a Galicia, a la que amaba por encima de todo". Acto seguido, Girón entregó la placa que acredita la concesión del título a Xosé Cuiña. La recibió su hijo, quien, en nombre de la familia, quiso mostrar el "inmenso agradecemento, tanto ao pobo de Ortigueira como ás súas institucións" por el reconocimiento a su padre. Rafael Cuiña aludió al carácter "galeguista" y al "compromiso" que caracterizaron la actuación pública de su padre. Y definió al político fallecido en diciembre pasado como "un modesto e ilusionado servente desta comarca e de Galicia en xeral, obsesionado coa idea de que o futuro debía prepararse sentando unhas bases políticas e sociais firmes que fixeran deste país algo poderoso, respetable e mesmo belixerante para os que pretendan negarlle o que en xustiza lle corresponde".

Finalmente, Cuiña Aparicio se refirió al equipo cuasi perfecto que formaba su padre con Antonio Campo -ex alcalde de Ortigueira- "na procura dunha Santa Marta que se convertese nun dos referentes do norte de Galicia". Habló de ellos como dos hombres "visionarios" que a la postres habían "irmanado" sus tierras. Y, como no podía ser de otra forma y en un último guiño hacia su progenitor, Rafael Cuiña prometió llevar "sempre no corazón a esta terra, filla da bendita Galicia, Nai e Señora", sentencia que el político había hecho famosa en los cierres de sus discursos. El acto concluyó con la interpretación del poema musicado de Rosalía de Castro "Negra Sombra".