La salida de José Maril Sánchez como presidente plenipotenciario de la Fundación Semana Verde de Galicia está cada vez más cerca. Después de varios meses en los que la Xunta de Galicia obviaba pronunciarse en público sobre el modelo de gestión del responsable ferial y tras las constantes avisos de los trabajadores de que el recinto podría morir de inanición, la administración autonómica se ha decidido a descargar toda esta responsabilidad sobre el impulsor y gestor de la entidad durante sus más de treinta años de vida.

Hasta el jueves, el conselleiro de Presidencia, José Luís Méndez Romeu, evitó siempre las declaraciones comprometidas y aludió en varias ocasiones al elevado número de recintos feriales y al nuevo escenario que llevaría a la Semana Verde a ser competitiva con otras infraestructuras, como única salida al pobre calendario ferial de los últimos tiempos. No obstante, en su visita a Silleda se encargó, antes de ser requerida una valoración previa a la reunión del patronato, de culpar únicamente a Maril como responsable del bloqueo en el que se encuentra la institución. Romeu acusó al presidente, entre otras cosas, de "xestionar a Semana Verde como se fose unha empresa privada", o de "entorpecer e impedir la reforma estatutaria". Esto supone que la Xunta ya no oculte su intención de quitarle el bastón de mando, algo que se constatará en la próxima reunión del patronato, dentro de 17 días. Además, en este caso se da otro condicionante para el abandono de Maril. Si hasta el momento algunas consellerías nacionalistas descargaban la responsabilidad principal para el saneamiento de la feria en la consellería socialista de Presidencia, que es la que ostenta el protectorado, ahora el BNG ya habla de consenso para "afrontar o futuro", como señaló el Director Xeral de Turismo, Rubén Lois, que acudió a la reunión como portavoz de los departamentos autonómicos de gobierno del Bloque. Ninguno de los patronos lo declaró abiertamente, pero tampoco ocultaron que Maril parece tener los días contados.

Cargo a disposición

El presidente ferial, por su parte, niega que el patronato discutiese explícitamente su cese aunque es consciente de que un nuevo cambio en la configuración de los estatutos puede interpretarse como la entrada definitiva de la Xunta para asumir la inyección económica que necesita el recinto y, por lo tanto, para controlar la feria. Mientras tanto, José Maril reiteró ayer que "o meu cargo está a disposición desde hai máis dun ano". "Aquí Maril non é o importante, é a fundación e o futuro do recinto e das feiras", dijo. La jubilación del presidente, que ya ha cumplido los 65 años, podría prolongarse hasta el mes de noviembre, una vez que él mismo indicó que la Xunta le había encomendado la organización de la trigésimo primera Semana Verde, que se celebrará del 19 al 23. Así pues, Maril podría ser consciente de que esta será su última feria, ahora garantizada, con la aportación de 1,5 millones de la Xunta.