El juzgado de Caldas ordenó el ingreso en prisión de un hombre detenido en la mañana de ayer en Cuntis, después de intentar agredir a su ex pareja, de quién tenía una orden de alejamiento. Los hechos sucedieron a las nueve de la mañana, a las puertas del centro de formación y orientación de A Ran, en el polígono del mismo nombre, cuando la víctima se dirigía a un cursillo. Antes de que lograse acceder al centro, el acusado abordó a la mujer desde la furgoneta que conducía, tratando de introducirla de forma violenta en dicho vehículo.

Al producirse el forcejeo, la víctima fue auxiliada en un primer momento por sus compañeras de cursillo y por algunos trabajadores del centro de formación que se percataron de lo que sucedía en la calle. Al mismo tiempo algunos testigos telefoneaban a la Guardia Civil. Una patrulla del cuartel de Cuntis se encontraba muy cerca del lugar en el momento en que fue alertada, por lo que logró intervenir rápidamente.

Al identificar al supuesto agresor supieron que se trataba de F.J.I.M, de 26 años de edad y vecino del Concello de A Estrada, sobre el que recaía una orden de alejamiento de la víctima.

Al ser sorprendido por la Guardia Civil agrediendo a su ex pareja, el detenido fue acusado de quebrantamiento de condena en el momento de ser entregado al juzgado de Caldas, cuyo titular ordenó su inmediato ingreso en prisión.

El supuesto agresor llegó al lugar de los hechos con una furgoneta de la panadería que regenta su familia en A Estrada, con el parabrisas roto. Fuentes de la Guardia Civil informaron de que el detenido había forcejeado previamente con su padre, propietario del vehículo, que trató de impedir el viaje que le llevó a buscar a su víctima.

Según los compañeros de la mujer y testigos presenciales de los hechos, el hombre llevaba en la cabina del conductor partes de un gato hidráulico y otras barras de hierro. Además en el parabrisas roto de la furgoneta se observaban manchas rojas que aparentaban ser de sangre.

La víctima también es vecina de A Estrada y desde hace tiempo se había distanciado de su pareja, acusado de malos tratos. Sus compañeras de cursillo procuraban acompañarla precisamente para evitar un encuentro como el que se produjo en la jornada de ayer. Su presencia en el lugar de los hechos y la rápida actuación de la Guardia Civil evitó una agresión mayor, ya que el individuo se mostraba "muy violento y alterado", según los testigos.