S. S. /A.C./ / LALÍN/A ESTRADA

El sector ganadero de Deza sufre, tras tres días de huelga de transporte, sus consecuencias tanto por la falta de entrada de alimento como por la de salida de producto y animales, ya sea para el cebo como para el matadero. Algunos ganaderos de leche escoltaron la llegada de los últimos camiones de las industrias lecheras a las naves de envasado y, en la tarde de ayer, Danone realizaba algunas recogidas en la zona de Rodeiro, después de haber suspendido el lunes su ruta.

En lo que concierne a la zona de Tabeirós-Montes, la Asociación de Productores Lácteos de A Estrada (Aprolaes) cifra en 20.000 euros las pérdidas ocasionadas por el derrame de 30.000 litros que, tal y como había anunciado Puleva, no fueron retirados. Según el presidente del colectivo, Jesús Conde, el trayecto podría reanudarse mañana. La situación ha provocado que muchos productores tengan que vaciar sus tanques para dar cabida a nuevos ordeños, "pero é que non nos queda outra alternativa", lamenta Conde. Esta zona está también cubierta por Lactalis y Feiraco, también no operativos, y en muchos casos la falta de los camiones obliga a derramar hasta 4.000 litros de producto.

Reparto con escolta

"A situación do leite é mala, pero no caso das granxas avícolas corremos o risco de que os animais morran de fame", explica Asunción García, que gestiona dos naves -46.000 pollos de 21 días- en Escuadro (Silleda). En la noche del martes terminó el pienso para una de ellas, con 30.000 cabezas que precisa 4.000 kilos diarios de alimento "e que vou cubrindo con sacos que teño da outra nave", y que ayer también llegaban a su fin. Su marido, Manuel Rozados, apuntaba que ante la escasez de comida "os animais están inxerindo viruta e excrementos, o que lles producirá hemorraxias no intestino". Si estos animales pasan 12 horas sin alimento, comienzan a picarse entre ellos, provocándose la muerte y el riesgo de infección en la granja. Rozados, poniéndose en el peor de los casos, indica que si los 30.000 pollos mueren por hambre y canibalismo, las pérdidas rondarían los 180.000 euros.

"Temos cinco camadas de polos ao ano, e se falla unha delas, os danos na nosa economía duran toda a temporada", explica. El matrimonio está reclamando alimento a la fábrica desde el lunes, y propone "que a Garda Civil ou o Exército escolten aos camións, vivimos outra folga na que houbo servizos mínimos para que os animais non morresen de fame" En cualquier caso, los animales que sobrevivan y se entreguen a los 50 días podrían acusar un retraso en su crecimiento por este paro. Mientras, a lo largo de la jornada dos explotaciones de Forcarei y Grava, en Silleda, recibían suministro tras haber quedado sin reservas y se esperaba poder aprovisionar "a contagotas" a todas las granjas en apuros, según explicaba el responsable del sector en Unións Agrarias, José Castro.

Porcino

Contraria es la situación en el sector porcino, donde el paro de sacrificio de cabezas obliga a que éstas continúen alimentándose y ganando peso -700 gramos diarios, en el caso de la granja de Pablo Meijomín-, que supondrá una bajada en su precio una vez que finalice la huelga y vuelvan a funcionar los mataderos, tanto por el exceso de peso como de oferta. La explotación de Meijomín tiene 1.200 madres reproductoras en Silleda y cebaderos por toda la comarca. "Retiramos para matar 450 animais á semana, cun peso de 105 quilos, e a última selección fíxose o xoves", indica. El paro de los mataderos frena toda la cadena, desde la inseminación de reproductoras hasta la entrada de lechones en el cebadero, que en muchos casos pasan a áreas en condiciones inadecuadas para su alimentación.

Este sector suma así otro varapalo más en una crisis que supera el año de duración y que "a pesar da suba da cotización nas últimas tres semanas, apenas cubre os custos de producción", ya que en todo el año el precio -hoy en 1,20 euros por kilo- suponía una pérdida de hasta 40 euros por animal, explica Meijomín. Además, hoy se esperaba que el valor subiese "uns catro céntimos na Lonxa de Lleida, pero co paro non sabemos se éste se vai producir", lamenta.

Las naves de Meijomín aún no sufren la falta de pienso, pero hoy tendrá que vaciar los silos "porque non aguantan máis dunha semana". El pienso es otro inconveniente en la producción porcina, ya que si en 2007 costaba 20 céntimos el saco, hoy está ya en 30, "e estes 450 animais que xa deberían estar sacrificados consumen uns mil quilos ao día, que non serven para cebalo, porque xa superaron o peso".

Para este ganadero, aunque la huelga se resolviese hoy, las consecuencias en la producción se notarían hasta dentro de tres semanas. Alerta, además, de que pueden producirse episodios de estrés y también de canibalismo por falta de alimento y espacio.