Ana Cela / A ESTRADA

Lleno, por favor. Éste fue el santo y seña en la jornada de ayer entre los clientes de la inmensa mayoría de las estaciones de servicio de A Estrada. La huelga indefinida de transportes de mercancías que arrancó en la medianoche del domingo ocasionó un auténtico revuelo en las gasolineras de la zona. La amenaza de escasez de combustible desató el furor de los ciudadanos, que quisieron impedir por todos los medios que la aguja de sus tanques se aproximase a una más que nunca incierta reserva. Este pavor ocasionó que las provisiones de combustible se agotasen en algunos establecimientos de la localidad durante largas horas.

Después de la frenética actividad desatada desde la noche del viernes, en la estación de servicio de la avenida de Pontevedra, una de las más concurridas de la villa, el carburante se esfumó en la medianoche del domingo, y eso que sus tanques rebosaban el viernes por la mañana tras su última carga. En sólo un fin de semana se terminaron los 65.000 litros de diesel, los 25.000 de gasolina sin plomo 95, 15.000 de sin plomo 98 y otros 15.000 litros de Diesel E Plus, todas ellas cifras aproximadas aportadas en la mañana de ayer.

La preocupación se dibujaba en el rostro de las personas que abandonaban el área de servicio sin ver colmadas sus ansias de garantizarse carburante para los próximos días. No les quedaba otra que aguardar la llegada de un esperado repostaje o sumarse a las largas peregrinaciones de coches que probaron suerte en otras gasolineras que todavía no habían colgado el cartel de sanseacabó. A primera hora de la tarde los vehículos formaban numerosísimas colas en la estación de servicio emplazada en la rúa San Paio. Uno tras otro, se agolpaban en largas filas para acceder a los surtidores. Sus deseos acabaron dejando sin gota los tanques de diesel por espacio de tres horas.

Lo nunca visto

"Hoxe foi un día descomunal, nunca vin nada igual", comentaba uno de los profesionales locales de este sector. "A palabra era cheo", insistió. "Non fun nin comer". "A xente ten medo", comentaba otro trabajador de esta rama, mientras otra empleada señalaba que algunos clientes acudían a completar el depósito de sus coches aún cuando sólo le restasen para el lleno total unos 6 euros.

Al filo de las 18.00 horas las estaciones de servicio anteriormente citadas recibían la visita más aguardada de la jornada, la misma que dió de beber a sus tanques, secos por esta fiebre poco habitual en el consumo de combustible.

En otros puntos de la comarca la tónica dominante fue un incremento más que palpable de la clientela, que ya no acudía para repostar con 20 ó 30 euros sus depósitos, sino que directamente se atenían al tantas veces pronunciado ayer "lleno, por favor".

Otras estaciones del municipio estradense reconocían que la situación desatada es poco habitual pero aseguraban tener provisiones al menos para la jornada de hoy.

El primer día de esta huelga indefinida de los transportistas se dejó sentir también ayer en algunas de las superficies comerciales de la localidad. En varios supermercados los lineales de productos frescos como la fruta, verdura o el pescado alcanzaban el mediodía totalmente despoblados. Y es que fueron muchos los ciudadanos que quisieron llenar sus despensas con este tipo de víveres para atajar una posible prolongación de la falta de abastecimiento.

En otro orden de cosas, desde A Estrada de Transportes se reconoció en la tarde de ayer que los transportistas de la zona secundaron el paro aún cuando no tienen depositadas demasiadas confianzas en que esta medida vaya a servir para solucionar la problemática actual. "Secúndase o paro porque non hai outro remedio, xa case estamos parados á forza", apuntó ayer su presidente, queriendo destacar la difícil situación que el incremento del precio del carburante representa para este sector.