Silvia Pampín / A ESTRADA

De casta le venía al galgo. Sobrino y ahijado del conocido como "médico dos pobres", el ex alcalde estradense Manuel Reimóndez Portela, el abogado Alberto Gómez Reimóndez heredó de su tío su sensibilidad, su humanidad y su amor por los humildes. Ahora, 4 años después de su prematuro fallecimiento en la fatídica mañana del 20 de febrero de 2004, se convertirá en mecenas póstumo de los desfavorecidos, gracias a la donación que su madre, María del Carmen Reimóndez Portela, acaba de realizar de 4.592 de sus libros a la biblioteca municipal de A Estrada.

Ésta tendrá en lo sucesivo una sala con el nombre de Alberto Gómez Reimóndez. Su madre, María del Carmen, vive los momentos previos a la inauguración de esta sala con sentimientos encontrados. Se siente "muy alegre" por "la gente que se va a beneficiar" porque "no todo el mundo tiene dinero para comprar libros" y, a la vez, triste por ver el despacho de su único hijo aún más vacío de lo que él lo dejó. Sin embargo, decidió donar su legado bibliográfico, consciente de que así cumple con la voluntad de Alberto de seguir abriendo puertas a los humildes, aquéllos a los que siempre defendió y trató de ayudar.

Ayuda legal gratuita

Y es que, al igual que su tío Manuel Reimóndez Portela a menudo no cobraba y aún preguntaba a sus pacientes más humildes si tenían dinero para las medicinas, Alberto Gómez Reimóndez ayudó en asuntos legales a personas con escasos recursos económicos que no se podían costear un abogado. "No podía ver injusticias", recuerda su madre, antes de refererirse a la satisfacción que sintió al ganar para vecinos de Moreira y Santiso sendos pleitos con la Xunta por asuntos de la concentración parcelaria en los que él se especializó.

Hijo único, había estudiado en los colegios Niño Jesús y Peleteiro, antes de licenciarse en Derecho por la Universidad de Santiago. Con apenas 23 años, abrió su propio bufete en A Estrada. Como su madre, sentía que sus raíces estaban aquí y optó por vivir en San Miguel de Castro. Lo hizo tras un breve período como pasante en el despacho del prestigioso abogado compostelano Pais Ferrín. Ávido de conocimiento, devoraba los libros que caían en sus manos y decidió estudiar Ciencias Políticas por la UNED, realizando incluso el doctorado. Su sed de cultura no cesó. Cuando su corazón se paró, negándose a seguir llevando el intenso ritmo de vida que le imponía, estaba estudiando su tercera licenciatura, Historia. Aunque su proyecto vital y de expansión profesional -mediante la apertura de sendos despachos en Santiago y A Coruña- se vio truncado, ahora su faceta de humanista tendrá continuidad a través de aquéllos que se instruyan con sus libros. Así, la huella de Alberto en la cultura local será indeleble.