Álex Vázquez-Palacios (Vigo 1946) expone hasta el próximo 30 de abril en la sala Antón Rivas Briones de Vilagarcía su muestra "Impresións" que recoge 92 lienzos, entre ellos sus más recientes trabajos. Su vinculación con la ciudad viene de lejos pues es descendiente del arquitecto Antonio Palacios, responsable del plan de urbanismo de 1932, que nunca llegó a materializarse

- ¿Influyó la obra de Palacios en su vocación artística?

- Antonio Palacios era hermano de mi abuela y tuvo una estrecha relación con mi padre pero, la verdad, es que yo ni le conocí. Particularmente siempre me impresionaron sus esbozos, su faceta de dibujante. Era un dibujante excepcional, pero creo que esa pasión por el dibujo es una de las pocas cosas que tenemos en común. No creo en los genes sino en el trabajo de cada día. Él era un genio y eso no se transmite. Yo recibí de mis padres mucha información sobre él pero eso no condiciona que yo sea mejor o peor pintando.

- ¿Recuerda cuál fue la primera vez que tuvo usted contacto con un pincel?

- La verdad es que no recuerdo mi primer contacto con el arte. Mis padres siempre nos dieron facilidad para expresarnos, nunca nos ponían pegas si nos manchábamos, que es algo que coarta mucho la creatividad de los niños. Desde muy pequeño recibí un estímulo muy grande y eso fue vital.

- ¿Y cuándo empezó a dedicarse en serio a esta faceta?

- La decisión de empezar a exponer fue a raíz de un premio que le dieron a uno de mis cuadros en un certamen de la Caja de Ahorros de Vigo. Que, por cierto, al año siguiente se llevó Xurxo Alonso, al que admiro mucho. A partir de ahí hice un par de exposiciones en Barco de Valdeorras y después la Caja preparó una muestra con tres artistas, precisamente en Vilagarcía. De eso debe hacer ya más de 30 años.

- Los espacios para el arte en la ciudad mejoraron mucho desde entonces ¿qué opina de la sala Antón Rivas Briones?

- La Rivas Briones es una sala excepcional desde todos los puntos de vista. Por lo que conozco, y puedo decir que conozco bastante del panorama artístico de Galicia, hay muy pocas salas de esta categoría. Es una sala estupenda. Está bien emplazada y al tener tres espacios perfectamente diferenciados te permite distribuir muy bien la obra: por tipos, o por etapas si es semiantológica.

- Una opción que ha usado usted mismo en "Impresións". Háblenos de la muestra.

- Con esta exposición quise dar un reflejo de mi obra en los últimos diez años. En la sala baja expongo obra creada expresamente para este espacio. Trabajos muy recientes adaptados a la "Rivas Briones". La de la entreplanta ronda los cinco años de antigüedad y en la última sala, que ustedes llaman Caixanova, expongo una etapa mía muy característica, de tema urbano y, en concreto, de balcones. Ahí hay cuadros que incluso superan los 20 años.

- ¿Que técnica eligió?

- Fundamentalmente acrílico, que es la técnica que suelo usar siempre. Lo que varío es el soporte entre la tabla, el lienzo o el papel.

- A pesar de su trayectoria, le pillamos en la oficina para robarle unos minutos de su ajetreada jornada laboral ¿es difícil vivir del arte?

- La pintura te da muchas satisfacciones. Sería el colmo pedir que además te dé de comer. En algún caso es posible pero siempre depende del grado de aceptación del público a tu pintura. Yo no me lo planteo como un medio para subsistir porque me permite más libertad.

- ¿Lo comercial ata?

- No depender económicamente me da la libertad de hacer lo que me apetece en cada momento. Me permite ser más innovador, ir quemando etapas. Es evidente que la anterior era mucho más comercial que la de ahora y sin embargo no lo dudé a la hora de cambiar mi trayectoria hacia un camino más duro económicamente. Vamos, que yo a la pintura no le pido que me dé de comer aunque sería lo deseable.