Entre los elementos protegidos por el BIC se encuentran una vieja "telleira" y los muros de cierre de la isla. La primera era una fábrica "de la que hoy solamente quedan restos, entre los que destaca el horno de cocer el barro". Pero en su entorno se sitúan "elementos como la fuente de Santa Catalina, situada en el camino que une el almacén y la aldea, construida en piedra con un diseño y calidad muy elaborados; el puente de losas y el molino de agua de la tejería". En cuanto a los muros, la Xunta explica que "la accesibilidad a los materiales pétreos existentes en la propia isla facilitó la construcción de una gran cantidad de cierres que acotan y dividen el territorio, marcando y delimitando las diversas propiedades y protegiendo los cultivos de los vientos y del acceso de animales". Casi todos "están construidos con la técnica tradicional de la piedra en seco y sin masa de unión".

Explica el expediente cultural que "el sistema constructivo empleado fue el tradicional, con muros pétreos en seco con estructuras de madera para las cubiertas de teja a dos aguas y carpintería de madera para puertas y ventanas".

Este conjunto se completa con el camino que discurre por el lado oriental de la isla, un lavadero, siete hórreos y una fuente.