La Compañía de Vilagarcía de la Guardia Civil comprende 17 municipios, pertenecientes a las comarcas de O Salnés, Caldas y Pontevedra. En total, suman una superficie de 620 kilómetros cuadrados, unas seis veces superior a la del término municipal de Vigo. Pero por las noches solo hay cinco patrullas para todo ese vasto territorio. Eso en el mejor de los casos, porque en los periodos de vacaciones del personal esa cifra puede reducirse a tres.
Esto obliga a los guardias a recorrer cada noche grandes distancias, sobre todo en la zona norte de la Compañía, pues en su área de influencia figuran municipios tan distantes entre sí como Cuntis o A Illa, o Campo Lameiro y Pontecesures, separados entre sí por más de 30 kilómetros de carreteras secundarias llenas de curvas. Una distancia que se antoja enorme en casos de urgencia.
La situación es algo mejor en el sur de la comarca. Así, en el cuartel de Cambados funciona siempre una patrulla nocturna, que salvo casos especiales, tiene que centrar la vigilancia en los municipios de Cambados, Meis y Ribadumia. Sanxenxo y O Grove tienen también sus respectivas patrullas, que han de velar también por la seguridad en Meaño. Pero no siempre actúan las dos de forma simultánea. Esto perjudica especialmente a O Grove por su situación geográfica en el extremo de la comarca, cuando los agentes que están de guardia se encuentran por Sanxenxo o Meaño, lo que en su día generó las quejas del alcalde grovense, José Cacabelos, que también pidió más medios humanos.