El origen de la inundación del pasado miércoles en el colegio Viñagrande de Deiro, en Vilanova de Arousa, ya está solucionado. Así lo reconocía ayer el alcalde del municipio, Gonzalo Durán, al afirmar que "el origen de lo ocurrido ya ha sido solucionado, quedan todavía algunas cuestiones por reparar, pero contamos con que el lunes se pueda retomar la actividad con total normalidad para los pequeños".

El regidor sigue dándole vueltas a los "20.000 euros que el centro tiene para reformar los baños, una cantidad de dinero que debería haber sido invertida en aquellos que más lo necesitan para evitar que sucedan cosas como las que ocurrieron, pero no les convenció el proyecto que les planteó Educación, prefieren otro, y ahora pasó lo que pasó". Ahora, tras lo ocurrido, la tercera inundación en menos de tres años en el colegio, queda por ver como se va a afrontar la reforma de unos baños que se encuentran en un estado pésimo de conservación, con tuberías oxidadas, sin tapas en los WC y unas instalaciones sanitarias en las que resulta muy complicado garantizar las condiciones higiénico sanitarias mínimas para los más pequeños. La inundación afectó a todo el bajo del colegio, causando importantes daños en el falso techo, en ordenadores y en diferente material que era utilizado por los niños y que quedó totalmente inservible.

Tras lo ocurrido el pasado miércoles, los propios padres de alumnos han decidido solicitar a la Consellería de Educación una reunión con su titular, Román Rodríguez, para exigir que la administración cumpla con su cometido. El centro de San Miguel de Deiro es una de las grandes referencias educativas en la comarca de O Salnés, con un buen número de premios que reconocen el modelo de estudios que se ha implantado en ese colegio, e incluso, ha llegado a recibir la visita de todo un gurú de la educación mundial como es el italiano Francesco Tonucci.

Sin embargo, las instalaciones que acompañan al centro no son las más adecuadas, ya que el edificio solo ha sufrido una actuación de gran calado desde que abrió sus puertas hace 40 años, la reforma del tejado tras llevárselo por delante un tornado.

En esos 40 años, apenas se han experimentado grandes cambios, salvo los acometidos por los propios profesores, que eliminaron todas las baldosas que había en las paredes del centro.