Las personas que disponen de permiso en el Concello de O Grove para vender collares y otros ornatos personales elaborados con conchas marinas tienen de plazo hasta el día 31 para renovar sus licencias.
Se trata de un proceso de renovación de licencias -afrontado ya hace dos años- que se lleva a cabo en base al reglamento y la ordenanza elaborados por el Concello en el año 2010, cuando quedaron regulados 57 vendedores, 49 de ellos con permiso para vender en A Toxa -en la actualidad son 48- y 8 para actuar en O Corgo y/o Beiramar.
Esta renovación es, evidentemente, una forma de mantener con vida la labor de las tradicionales "collareiras" -el colectivo está formado por cincuenta mujeres y seis hombres-, que deben hacer oficial la renovación de sus autorizaciones en las oficinas municipales, haciendo constar entre la documentación "una declaración responsable de que cumplen los requisitos legalmente establecidos", según explica el alcalde, José Cacabelos, a través de un bando.
Cabe recordar, en base a procesos anteriores, que en el momento de renovar tales permisos hay que hacer constar el periodo en el que se ejerce la actividad.
En este sentido, en caso de enfermedad del titular u otra causa suficientemente acreditada que le impida ejercer la actividad, el Concello puede autorizar la venta al cónyuge, hermanos, ascendientes o descendientes directos.
Entre los condicionantes que establece la ordenanza puede citarse el que advierte a los vendedores de que "deben extremar la limpieza en la zona, mantener la compostura en la práctica de abordar a los viandantes y ajustarse a las normas sanitarias, de ornato, presentación, etiquetado y similares".
Lógicamente, en esta normativa está regulado el tipo de material que debe emplearse en la elaboración de collares, pulseras y demás abalorios para garantizar el carácter tradicional de esta actividad ambulante.
