La empresa de Vigo contratada por la Mancomunidade do Salnés para la colocación de trampas para la avispa velutina volvió ayer a Ribadumia, para reponer los artefactos que el lunes les robaron poco después de ser colocados.

Los operarios pusieron las trampas en el tramo de la ruta de senderismo que va a orillas del río Umia, entre Barrantes y Cabanelas.

La empresa contratada por la Mancomunidade pretende instalar casi 2.000 trampas contra la avispa velutina en toda la comarca, con la finalidad de atrapar el mayor número posible de reinas. De ese modo, se reducirían las posibilidades de expansión de la plaga.

El lunes estuvieron en Ribadumia, donde prevén colocar 300 botellas con líquido para atraer los insectos, y pusieron 60 a orillas del Umia, entre Barrantes y Cabanelas. Pero horas después, cuando al término de su jornada laboral regresaban a sus vehículos, descubrieron que alguien había retirado los 60 artefactos de esa zona.

Ese comportamiento fue duramente criticado por el presidente de Protección Civil de Ribadumia, Andrés Otero, quien recordó que de una u otra forma evitar la expansión de la velutina es una misión que compete a todos los ciudadanos, y que al robar las trampas lo que se está facilitando es precisamente el avance del insecto invasor. Por ello, Otero apeló ayer a la concienciación social. Por ello, a quienes el lunes quitaron los artefactos ya colgados les pide que "dejen estar lo que hay puesto, porque esas botellas no son una broma, sino que son para evitar un problema", en alusión a la rápida expansión de la plaga.

A este respecto, explica que en 2016, los voluntarios de Protección Civil de Ribadumia retiraron algo más de un centenar de nidos de avispa asiática del término municipal, pero que el año pasado la cifra se disparó hasta rondar los 400.

"En lo que va de año ya llevamos seis retirados", añade Otero. Se trata por el momento de avisperos pequeños, si bien en uno de ellos ya había siete avispas, y en el otro, cinco. La prioridad, en estos momentos del año, prosigue, es eliminar el mayor número posible de reinas, pues de ese modo se reducirán las posibilidades de propagación de la plaga.

Sobre lo sucedido el lunes por la tarde en la ruta de senderismo del río Umia, el presidente de Protección Civil opina que fue una gamberrada de mal gusto. "Alguien que quisiese llevarlas para casa, cogería unas pocas, no sesenta".