La Valedora do Pobo reprende con dureza al Ayuntamiento de Valga porque la Xunta le concedió un curso de atención sociosanitaria a personas dependientes, pero el Concello lo anuló porque la mayoría de los preinscritos eran de fuera del término municipal. Además, el Concello ni siquiera avisó a los preinscritos de la anulación, por lo que estos se enteraron al llegar al Ayuntamiento para la prueba de selección.

También se registró una queja contra el Ayuntamiento de Catoira por el retraso en la tramitación del plan municipal de urbanismo (PXOM), a lo cual el alcalde contestó que llevaban más de un año por un informe preceptivo de la Dirección Xeral de Patrimonio.

Durante el año pasado, la Valedora resolvió también una queja presentada en 2016 contra el Ayuntamiento de Meaño por un proceso de selección, pues en un examen de oposición obligó a los aspirantes a escribir sus datos en el folio que contenía la prueba. Milagros Otero resuelve al respecto que "el anonimato es una garantía objetiva de los principios que rigen el proceso, por lo que la misma debe establecerse siempre que no sea contrario a la naturaleza de la prueba".

Otras reclamaciones más concretas afectaron a un hotel de O Grove, que supuestamente garantizó a un cliente que su habitación y los espacios comunes eran accesibles a las personas con discapacidad, cuando no era así.

Del mismo modo, la Valedora recibió otra queja contra el Sergas, ya que en el área de Urgencias del Hospital do Salnés había dos grandes paneles escritos únicamente en lengua castellana.