La comunidad de montes vecinales en mano común de San Vicente de O Grove apostó hace años por la silvicultura. Puso en marcha un proyecto para contribuir a la preservación de una especie tan peculiar -es la raza española más pequeña- como importante antaño en Galicia, la vaca cachena. Y al tiempo que lo hacía conseguía "mano de obra" para mantener limpias sus propiedades comunales, favorecer el desarrollo de las plantaciones arbóreas y minimizar el riesgo de incendios forestales.

A estas alturas, esas reses -una quincena- no solo conservan limpia una superficie aproximada de 100.000 metros cuadrados, sino que se han convertido en un valor añadido desde el punto de vista gastronómico y turístico para el conjunto de la localidad meca, ya que su sabrosa carne puede ser degustada a un módico precio.

El año pasado se desarrolló la primera fiesta de exaltación de la carne de vaca cachena y el éxito fue incuestionable, de ahí que la comunidad que preside Manuel Castro decidiera reeditar esta celebración.

Y todo parece indicar que esta segunda edición del evento va a superar con creces los registros del pasado ejercicio, puesto que el grueso de los comensales de entonces parecen dispuestos a repetir la positiva experiencia y además no dejan de recomendarla, por lo que, en buena lógica, el número de comensales irá en aumento.

"La fiesta del año pasado, a pesar de que era la primera y nadie podía imaginarse cómo iba a resultar, fue un éxito rotundo, por lo que estamos convencidos de que esta vez todo será mucho mejor, e incluso barajamos pasar de 200 a unos 400 comensales", apunta el propio Manuel Castro.

Evidentemente, como se explicaba al principio, no se trata solo de una cita gastronómica. Es también una oportunidad para conocer el proyecto de silvicultura que se desarrolla la comunidad de montes de San Vicente en las parcelas de Con da Hedra, Agruídos-Chorzas y Coalleiras.

Se trata de una iniciativa que "nos permite ahorrar en el mantenimiento de las fincas alrededor de 5.000 euros anuales, ya que las vacas se encargan de conservarlas en perfecto estado", destaca Manuel Castro.

Ese cuidado de los montes comunales constituye el mayor beneficio derivado de este proyecto, independientemente de lo que reporta la venta de reses a lo largo de todo el año y lo mucho que representa proteger esta especie originaria del área montañosa del Xurés (Ourense) y montes limítrofes con el Parque Nacional de Peneda-Geres ( Portugal).

Actualmente los comuneros mecos tienen sueltas en sus montes nueve hembras, un macho y cinco crías, aunque pronto serán seis. El número se mantiene más o menos estable, ya que a medida que avanza el año se van comercializando terneros.