A tan solo unas semanas para la llegada del verano, la Cofradía de A Illa ya ha comenzado a trabajar en proteger uno de sus bienes más preciados, los bancos marisqueros que rodean el islote Areoso. El pósito tiene previsto ubicar una serie de boyas perimetrales en torno al litoral del islote a lo largo del mes de mayo, unos elementos de señalización con los que se prohibirá el acercamiento de embarcaciones a motor con dos objetivos, el de evitar dañar la playa y el de causar mortandad en los bancos marisqueros con las hélices.

La delimitación del litoral de Areoso con boyas es una actividad que comenzó a realizarse hace ya unos cinco años y que cuenta con el respaldo de la Consellería de Medio Ambiente. Estas señales obligan a las embarcaciones a amarrar fuera de una zona de entre 100 y 150 metros de distancia del islote, lo que garantizaría la protección del espacio dunar y de la producción marisquera.

En los últimos años han sido los vigilantes de la Cofradía los que han controlado que se cumplía la normativa, explicada mediante paneles en todos los muelles cercanos, pero en todos los veranos se han encontrado con embarcaciones que incumplían las medidas de protección.

La intención es instalarlas lo antes posible y evitar, en la medida de lo posible, las situaciones que se vivieron el pasado año, donde en pleno mes de junio, el Areoso comenzó a sufrir verdaderas invasiones de visitantes, y sobre todo, la presencia de propietarios de embarcaciones que no respetaban las boyas e incluso llegaban a dañarlas o arrastrarlas hacia tierra para evitar la sanción.

Cofradía y Concello llevan años implicados en la preservación de este espacio, que ha demostrado ser sumamente frágil. De hecho, el islote prácticamente se rompe en dos cuando se registran mareas vivas, que atraviesan de un lado a otro del istmo central. Además, la duna ha experimentado un importante retroceso en los últimos años, pese a la instalación de vallas para evitar el paso de las personas y garantizar la zona de nidificación de las aves.