El censo de inmigrantes en Vilagarcía experimenta el primer incremento desde 2010, año en el que el número de ciudadanos extranjeros comenzó a descender de forma paulatina debido -fundamentalmente- al retorno a sus países de origen. España estaba en crisis, no había trabajo y por tanto las expectativas de labrarse aquí una vida eran escasas. Pero las cosas han cambiado. Según el Instituto Galego de Estadística (IGE), en 2017 estaban empadronados en la capital arousana 1.321 vecinos de nacionalidad extranjera frente a los 1.248 del ejercicio anterior.

Este repunte -de casi un 6%- es el primero de los últimos siete años y está liderado por el colectivo venezolano, pues están censadas en Vilagarcía 155 personas de esta nacionalidad, 56 más que en 2016 (99). De hecho la población venezolana ya ha desbancado a la rumana (146 vecinos) como la más numerosa en el padrón de extranjeros en el municipio. No obstante, también sigue creciendo.

La concejala de Benestar Social en Vilagarcía, Tania García, entiende que para encontrar explicación a la inmigración de ciudadanos venezolanos basta con tener en cuenta "la situación política y económica" que atraviesa el país gobernado por Nicolás Maduro, en el que escasean hasta los productos de primera necesidad.

Dos años sin pensión

A ello hay que sumar el impago de las pensiones de jubilados gallegos que en su día emigraron a Venezuela y regresaron a España. Algunos dejaron a sus descendientes en Sudamérica, donde ya habían hecho su vida, y otros trajeron a toda la familia. La edil de Servizos Sociales, desde cuya concejalía se tramitaron ayudas para este colectivo, confirma que esos pensionistas llevan sin cobrar por parte del Gobierno venezolano desde enero de 2016, es decir, hace más de dos años. Es más, el Ejecutivo de Maduro ha llegado a bloquear las pensiones que la Seguridad Social española paga a los residentes en Venezuela.

Pero la población inmigrante de Vilagarcía no solo se ha incrementado por la fuga de venezolanos de su lugar de origen. Y es que también ha crecido el censo de ciudadanos procedentes de otros países de Sudamérica, como por ejemplo Brasil (de 97 en 2016 a 112 en 2017), Colombia (de 96 a 103), Paraguay (de 34 a 36), Perú (de 16 a 20), República Dominicana (de 30 a 31) o Uruguay (de 16 a 18).

En total, las distintas nacionalidades americanas representan en el padrón de Vilagarcía 595 habitantes frente a los 517 del año anterior.

Además de personas procedentes de América, en la capital arousana también hay más vecinos llegados de África. En total, están empadronados 92, una veintena más que en 2016. Algo más de la mitad son originarios de Marruecos (52), aunque también hay presencia de argelinos (12), nigerianos (5) y senegaleses (10).

América, África y también Asia. Los vecinos oriundos del continente asiático han incrementado su presencia en el censo municipal, fundamentalmente debido a la población china, que ha pasado de los 53 vecinos en 2016 a 61 en 2017, según los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estadística. Es la cifra más alta desde al menos 2008, cuando el IGE comenzó a registrar esta información a nivel municipal. En 2011 el número de inmigrantes chinos residentes en Vilagarcía eran la mitad, concretamente 33.

Un 3,5% del padrón

En en municipio vilagarciano están empadronadas 37.479 personas, casi doscientas más que en 2016. Es el primer crecimiento demográfico desde 2013. Los vecinos de nacionalidad extranjera representan apenas un 3,5% del total del censo, una cifra que se mantiene en niveles similares a la de años anteriores, puesto que aunque el número de extranjeros ha aumentado, también lo ha hecho el de ciudadanos de nacionalidad española.

La inmigración tocó su techo en el año 2010, con 1.721 vecinos procedentes de otros países viviendo en Vilagarcía. En la actualidad se contabilizan exactamente 400 menos.