Agentes de la Guardia Civil de Tráfico del subsector de Pontevedra repartieron ayer chalecos reflectantes entre los ciclistas que circulaban por la PO-316, a la altura de la rotonda de San Vicente de O Grove. Los miembros de Tráfico permanecieron en ese punto durante una hora con el objetivo de impulsar y potenciar el uso de prendas de alta visibilidad entre los ciclistas para mejorar su seguridad ante los demás conductores de vehículos.

La campaña se ha lanzado en O Grove, pero se extenderá a toda la provincia, centrándose, sobre todo, en aquellos viales catalogados como "Rutas Ciclistas Protegidas" que discurren por toda Pontevedra y que en O Salnés se concentran en la zona de la península meca y Sanxenxo. La campaña puesta en marcha por el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra cuenta con la colaboración de la Federación Gallega de Ciclismo, consciente de que sus federados y los amantes de la bicicleta se juegan la vida en más de una ocasión cuando salen a disfrutar de un deporte que, cada vez, cuenta con muchos más adeptos.

La elección de la rotonda de San Vicente no ha sido una casualidad, ya que la PO-316, vial que atraviesa el istmo de A Lanzada se encuentra incluida dentro de las Rutas Ciclistas Protegidas, es decir, dentro de un grupo de carreteras que acostumbran a ser usadas por ciclistas de manera habitual y que ha llevado a la Dirección General de Tráfico a destacarlas para evitar que se registren atropellos en ellas.

En Galicia hay un total de 12 carreteras incluidas dentro de esta catalogación, las cuales suman cerca de 700 kilómetros en los que poder disfrutar de la bicicleta sin el temor a ser arrollado por un vehículo. En esas sendas, la DGT ha aplicado una serie de medidas como son la señalización de la ruta, la disminución temporal del límite de velocidad y una mayor vigilancia por parte de los agentes de la Guardia Civil en el cumplimiento de las normas, en especial, el respeto a la distancia lateral en los adelantamientos (1,5 metros como mínimo), la velocidad inadecuada o las maniobras antirreglamentarias. Esta última medida no solo se aplica a los conductores de coches, sino que también se controla a los ciclistas.

Además de la PO-316, en O Grove también se encuentran la PO-312 (desde Ardia hasta el puente de A Toxa) y la PO-317 (vial de San Vicente) incluidas dentro de este programa que, entre los ciclistas se ha valorado de forma muy positiva, ya que les garantiza cierta seguridad en cada una de sus salidas a la hora de circular por estos espacios.