El proyecto piloto del pasado año sirvió como toma de contacto de la dimensión organizativa que tiene un evento de tres días como el que ha asumido la recién creada comisión. En 2017 fueron cerca de 5.000 euros los invertidos en llevar a cabo el avance de lo que ahora se ha convertido en toda una fiesta de barrio que para sí querrían muchos ayuntamientos.
La maquinaria de captación de recursos ya se ha puesto en marcha. Y es que el presupuesto obliga a no perder el tiempo dado que se ha ido hasta cerca de 14.000 euros el montante de los tres días. La primera medida por parte de los hosteleros ha sido la de instalar unas huchas en cada uno de los bares asociados. En ellas, los clientes pueden contribuir con pequeñas aportaciones al igual que ya se realizó el año pasado.
Otras de las medidas puesta en práctica es la venta de rifas. Por un euro los que se animen a colaborar podrán acceder al sorteo de dos vales de compra por valor de 200 euros cada uno de ellos en dos establecimientos de alimentación del propio barrio como son la carnicería Eugenio y el supermercado Día.
Además, miembros de la comisión y colaboradores también saldrán a la calle para realizar una cuestación para particulares y empresas. Su presidente, Rubén Diz, dejó claro al respecto que "iremos por las casas solicitando ayuda voluntaria, pero también vamos a visitar empresas para realizar el cartel de la fiesta y que nos puedan ayudar económicamente con lo que buenamente puedan".
Incluso se han diseñado unas camisetas que ya se pueden conseguir en los ocho bares de la organización a un precio de seis euros por unidad. El original dibujo de una sardina irá acompañado por los nombres de los establecimientos que participan en la realización del evento, así todos aquellos que den su aprobación a la fiesta también podrán identificarse con su indumentaria.
