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Autoescuelas arousanas sufren una fuga de alumnos a las ciudades universitarias

Este bajón agrava la crisis del sector - Con el inicio de curso los jóvenes se cambiaron a centros en las urbes donde estudian por la huelga de examinadores y "ya no volvieron"

Un coche de aprendizaje de una autoescuela de Vilagarcía. // Iñaki Abella

La huelga de examinadores de Tráfico terminó hace unos meses, pero las autoescuelas arousanas, sumidas en una prolongada crisis que afecta al sector en general, siguen sin levantar cabeza. De hecho la parálisis de los exámenes de conducir ha agravado su ya preocupante situación, sobre todo debido a la fuga de alumnos hacia centros de las ciudades universitarias en las que estudian.

Francisco Torres, de la Autoescuela Barrantes, lo ha vivido en primera persona: "Empezamos a notar que jóvenes que deberían ahora estar matriculados, se cambiaron a autoescuelas de ciudades universitarias y ya no volvieron. Por las carreteras de aquí se ven conductores noveles con "L" de Vigo, Santiago, etc.".

Manuel Portas, de Autoescuela Sálvora (Vilagarcía) y asesor de la Asociación Gallega de Autoescuelas, coincide en que "gente que aprobó el teórico, aprovechó el sitio donde estaba estudiando para sacar allí el práctico", una vez que en diciembre terminó la huelga tras más de cinco meses -comenzó en junio-. Portas calcula que en el conjunto de Galicia se dejaron de hacer "unos 2.000 o 3.000 exámenes" durante este periodo, una época en la que, para más inri, "comenzaba a haber alumnos en las autoescuelas". "La huelga nos dejó sumidos en una crisis inmensa", lamenta.

Pero el propietario de la Autoescuela Sálvora va más allá: "Hoy en día las autoescuelas no son rentables. Las que solo ofrecen formación para el permiso B (el de coche) lo tienen muy complicado. Otros que tenemos carnés profesionales y otras cosas vamos haciendo algo".

Una buena parte de los centros de enseñanza de la conducción en la comarca arousana son empresas familiares, razón por la cual muchas de ellas resisten abiertas. Otras no han tenido tanta suerte y han echado el cerrojo recientemente, como por ejemplo dos en pleno centro de Vilagarcía, en las inmediaciones de la Praza de Galicia. "En la provincia de Pontevedra se han cerrado varias, aunque es cierto que abren otras", dice Portas. No obstante la afluencia de alumnos ha descendido, por lo que no hay un volumen de clientes aceptable para todos los negocios del sector.

Prácticas a 25 euros

Uno de los establecimientos de reciente apertura -en octubre- incluso se ha permitido subir los precios de la teórica este año. También en A Illa, Berni ha incrementado las prácticas en 0,50 euros (de 24 a 24,50), aunque siguen siendo más baratas que en Vilagarcía, donde cuestan 25 euros. "2017 fue un año complicado por la huelga de examinadores, ya que al principio perdimos clientela, pero ahora puede decirse que hemos vuelto a la normalidad", valora el propietario de esta autoescuela abierta hace cuatro años, Bernardino Cascallás.

En cuanto a la subida de las prácticas, justifica que "ahora tenemos que imprimir las hojas de las tasas y gastamos más tóner".

La visión más pesimista de la crisis que asola a las autoescuelas desde hace años es la de Umia, una empresa con centros en Vilagarcía, Catoira y Caldas que lleva 50 años en funcionamiento. Beatriz García asegura que la demanda no ha repuntado tras finalizar la huelga de examinadores. "Esta época siempre es floja, es temporada baja, pero la huelga no ha ayudado nada", admite. Y es que sus ingresos se han desplomado en "más de un 50%", cifra. "Hubo autoescuelas que cerraron a raíz de la huelga", advierte.

Autoescuela Umia es una de las empresas familiares. "Por eso subsiste; si no estaría cerrada", reconoce la propietaria.

Carné versus iPhone y pádel

En cuanto a los precios, destaca que "hoy es más barato sacarse el carné que hace cinco años". Aunque en su caso las tarifas se mantienen, "la vida ha subido" -dice-, así como el gasoil (la provincia de Pontevedra es de las más caras de España). "Las prioridades han cambiado. Hay jóvenes que se gastan 1.000 euros en un iPhone o 30 euros en una hora de pádel pero le parecen caras las prácticas a 25 euros, y tenemos que pagar al profesor, el combustible, seguros, etcétera", opina Beatriz García.

En la Autoescuela Umia las prácticas llegaron a darse por 28 euros, pero "vamos a menos". "O nos adaptamos o morimos", asume la empresaria. Cada vez hay más centros que ofrecen aparentes "gangas" contra las que los negocios tradicionales no pueden competir. "Para sacar el carné hay que venir a la autoescuela a prepararse", concluye.

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