La Bella Otero es el nombre de una camelia, el de una calle que antes llevaba el de Primo de Rivera y también el de un perfume francés, se dice que "igual de picaresco" que la mujer que sirvió para bautizarlo. La Bella Otero es el nombre popular de Agustina del Carmen Otero Iglesias, artísticamente conocida como Carolina Otero.

Es una valguesa nacida el 4 de noviembre de 1868 que triunfó en la Belle Époque, cuando Europa se acostumbraba a la expansión del imperialismo, cuando se fomentaba el capitalismo o cuando la ciencia y el progreso se abrían camino.

Fue entonces cuando la Bella Otero se convirtió en estrella del afamado cabaret Folies Bergère, en París. Cuando esta bailarina, cantante, actriz y cortesana del Bajo Ulla se codeó con lo más granado de la política, la cultura y la empresa en Francia.

Falleció sola y arruinada hace algo más de medio siglo, tal día como ayer. Una fecha elegida por el Concello de Valga para tributarle un nuevo homenaje y reiterar que esta bailarina a la que desearon tantos hombres pudientes y con poder del viejo continente fue, ante todo, una mujer, y por encima de todo, una luchadora.

Hija de madre soltera y pobre y de un oficial de la Armada griega, sin apenas formación académica, con una hermana gemela y cuatro hermanos hombres, Carolina Otero fue agredida sexualmente a los once años, tras lo cual decidió huir de su pueblo natal para no volver jamás.

Pero en Valga se acuerdan de esta mujer que quiso llamarse Carolina. Y trabajó en una compañía de cómicos ambulantes portugueses antes de empezar a bailar e incluso ejercer la prostitución.

Fue en 1888 cuando conoció en Barcelona a un banquero que le abrió las puertas de Francia y disfrutó allí de sus momentos más dulces, antes de pasar sus últimos meses de vida en un hotel y ser enterrada en Niza.

Un símbolo

De todo ello se habló en el homenaje de ayer, donde el alcalde, José María Bello Maneiro, resaltó que su gobierno trabajó duro por recuperar la figura de esta convecina que, dicho sea de paso, antaño avergonzaba a no pocos ciudadanos de la localidad. Pero "hoy en día está plenamente asumido" que la Bella Otero es un símbolo, "y todos estamos orgullosos de que naciera en nuestro pueblo", espetó el primer edil.

De ahí la ofrenda floral realizada ayer ante la escultura que recuerda a la bailarina y la inauguración de la exposición "A Bella Otero; 150 años en la memoria", que puede verse ya en la casa consistorial "y con la que intentamos transmitir que la imagen de Carolina permanece en la sociedad actual".

Tanto es así que "sigue siendo noticia, protagoniza recuerdos y es un modelo a seguir y un símbolo publicitario transcurridos 150 años de su nacimiento; y todo porque su figura sigue viva, tanto en Valga como a nivel nacional e internacional, dando nombre a calles, establecimientos de hostelería o peluquerías", explican en el Concello.