En Paradela están estos días muy atentos a las previsiones del tiempo. Y a medida que se acerca el domingo y que los meteorólogos afirman con mayor seguridad que habrá algunos chubascos durante la mañana, en esta parroquia de Meis se lo empiezan a tomar con filosofía, y dicen que si no llueve, fenomenal, pero que si llueve, tampoco pasa nada.

Paradela (Meis) celebra hoy el día grande de su fiesta de San Gregorio, cuyo ingrediente principal es un bollo pascual gigante, coronado con 6.000 huevos. Y la lluvia puede ser una invitada un poco incómoda. Por ello, lo que ha hecho la comisión de fiestas es colocar una segunda carpa grande para proteger el bollo de las inclemencias meteorológicas. Será también a su resguardo donde se proceda al reparto de la comida, que consiste en una ración de bollo, una botella de medio litro de vino albariño y una ración de churrasco, todo ello por 6 euros.

Para los comensales, por su parte, hay una carpa grande con capacidad para entre 600 y 700 personas sentadas, de modo que los que lleguen con un poco de tiempo para coger sitio no tendrán problemas en comer secos y tranquilos.

En lo que respecta a la procesión, en la comisión de fiestas quieren ser optimistas. Las previsiones indican que lloverá por momentos y de forma más bien moderada, por lo que tienen la esperanza de que la marcha religiosa pueda hacerse como todos los años. De no ser así, se acortaría el recorrido, con lo que el problema quedaría resuelto.

La entrada del bollo pascual en el recinto festivo (el Campo da Boca, en Vilanoviña) está previsto para mediodía. Será también entonces cuando tenga lugar una misa campestre, seguida de la procesión. Y el reparto de la comida es a partir de las dos de la tarde. La velada contará con acompañamiento musical hasta bien entrada la tarde, y por la noche hay verbena. Paradela concluye así tres días de fiesta en honor a San Gregorio (milagroso para los males de estómago), que empezaron el viernes por la noche.

En lo que respecta al bollo, una veintena de personas se encargaron ayer de su preparación en la panadería Paradela. Tenían 60 kilos de harina y unos 6.000 huevos, y tras hacer y estirar la masa por el molde y colocar uno a uno los huevos, durante una hora y media, lo metieron en el horno. La cocción duró unas ocho horas -casi cuatro por cada lado- y el trabajo terminó hacia la 1 de la mañana.