El Concello de Valga ha diseñado una serie de actos para rendir homenaje a una de sus figuras más ilustres y reconocidas en todo el mundo, Agustina del Carmen Otero Iglesias, más conocida como la Bella Otero. Las actividades se celebrarán el próximo martes, 10 de abril, cuando se cumple el 53 aniversario del fallecimiento, y consistirán en una ofrenda floral y en la inauguración de una exposición sobre la artista valguesa más internacional.
La muestra se inaugurará en la planta baja del Concello de Valga a las 12.00 horas. Bajo el epígrafe "Unha figura pola que non pasa o tempo", la muestra realiza un recorrido por la vida de la que fue estrella del Folies Bergère parisino y deseada por algunos de los hombres más ricos del momento.
Tras la inauguración de la exposición, los actos se trasladarán al parque Irmáns Dios Mosquera, donde el alcalde, José María Bello Maneiro, en representación del gobierno local y de todos los vecinos del municipio, realizará una ofrenda floral ante la estatua de la diva de la Belle Époque. El Concello ha cuidado todos los detalles en este homenaje, hasta el extremo de elegir la variedad de camelia conocida como "Bella Otero" para que integren el ramo que se colocará ante la figura de la artistas.
El grupo de gobierno de Valga se ha marcado como objetivo convertir 2018 en un año dedicado a recordar la figura de la Bella Otero. Coincidiendo con el Día da Muller Traballadora, el Concello homenajeó a un buen número de artistas nacidas o residentes en el municipio. Pero los actos de homenaje no se quedarán aquí. El próximo 4 de noviembre se cumplirán 150 años del nacimiento de la valguesa más internacional, una efemérides en la que ya se encuentra trabajando el gobierno municipal.
Agustina del Carmen Otero Iglesias, más conocida como la Bella Otero o Carolina Otero, nació en 1868 en Valga, lugar en el que vivió hasta la adolescencia, antes de huir tras sufrir una violación. Tras pasar por Lisboa y Barcelona acabaría convirtiéndose en una de las mujeres más deseadas de Europa mientras trabaja en el Folies Bergère de París. Acabaría retirándose en 1910 y retirándose a Niza tras dilapidar toda su fortuna en el Casino de Montecarlo. Vivió con una pequeña pensión que le pasaba el propio Casino en agradecimiento a los millones que dilapidó en sus instalaciones, falleciendo un 12 de abril de 1965, a los 92 años de edad y sin haber regresado nunca a su tierra natal.
