Los cruces de A Pantrigueira y San Miguel, junto al de Caleiro, son dos de los puntos negros más importantes de la red viaria vilanovesa. Lo demuestran los numerosos accidentes que se han registrado en esas zonas lo que los ha llevado a ser regulados por unos semáforos que se averían de forma demasiado frecuente, algo que ha vuelto a ocurrir y que ha levantado la indignación de los vecinos y usuarios.

El primero de esos cruces, el de A Pantrigueira, está situado en la PO-307, vial que une la rotonda de Cardalda con la de O Bao, en A Illa de Arousa. Se trata de un cruce muy conflictivo ya que confluyen en ese punto dos viales de los que resulta muy complicado salir por el intenso tráfico que se registra en la zona. La puesta en marcha de los semáforos mejoró de forma notable la circulación en la zona. Sin embargo, a principios del pasado mes de marzo, un vehículo se empotró contra la señal de aviso que estaba antes del cruce. Desde ese día no han vuelto a funcionar, pese a que no resultaron afectados por el accidente, por lo que no deberían permanecer apagados, a entender de los usuarios de ese cruce.

Ese lugar es uno de los puntos de Vilanova donde más accidentes se registran, la mayor parte de ellos por alcance, con vehículos que pretenden incorporarse a los viales adyacentes a la PO-307.

El problema de los semáforos de San Miguel es similar, ya que regulan un cruce situado en la PO-549 en el que desembocan tres viales diferentes. En ninguno de los tres se tiene una visión adecuada del carril central por lo que los conductores se ven obligados a "meter el morro" en una carretera como la PO-549, con un importante volumen de tráfico.

La pasada semana dejaron de funcionar, presumiblemente, afectados por la tormenta eléctrica, y así siguen obligando a muchos conductores de la zona a buscar otra alternativa para incorporarse a la PO-549 o a jugarse su integridad en el cruce.

No es la primera vez que los semáforos de San Miguel se averían por causa de las malas condiciones meteorológicas, algo que no ocurre en otras instalaciones similares situadas en otros puntos, por lo que los vecinos reclaman que se adopten las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir.