Es uno de los contados serpentonistas que existen en España. Ese cambadés, profesor de bombardino, se adentró hace un par de años en el mundo del serpentón, un instrumento antiguo que data del siglo XVI y que cayó en desuso tiempo después, formando hoy parte de esos piezas que son reliquias pasadas del mundo de la música. Lo hizo de la mano del gran pionero de la recuperación de este instrumento en Europa, como es el francés Michel Godard, y desde entonces ha ofrecido conciertos de serpentón en diversas partes de España. El último el pasado fin de semana en la iglesia del monasterio de Armenteira acompañado de la soprano Rosana Domínguez y el percusionista Diego Rosal-, un acto enmarcado dentro del concierto de música sacra promovido por la banda Unión Musical de Meaño y el coro Liceo de Vilagarcía.

- ¿Qué es el serpentón?

-Es un instrumento que inventó un clérigo a finales del siglo XVI en la ciudad francesa Auxerre, concebido en origen para acompañar los cantos litúrgicos en las iglesias, de ahí su vinculación plena con la música sacra. Durante casi dos siglos estuvo muy vigente, prácticamente en cada catedral de Francia había un serpentonista para acompañar la liturgia. Con el paso del tiempo fue cayendo en desuso, al ir siendo desplazado por otros instrumentos como el ophicleide, la tuba y el bombardino. Sin embargo, en la segunda mitad de los años 50 del siglo XX se comenzó a recuperar en países como Francia y Suiza, donde se empezó a tocar de nuevo.

- ¿Debe su nombre a que evoca una serpiente?

-Así es, no es un tubo recto, sino que se ondula evocando una serpiente que está reptando.

- ¿Es un instrumento de madera o metal?

-Es madera, y se fabrica de forma totalmente artesanal. Son dos piezas que se unen con pegamento natural. Al tubo se le practican seis orificios y se recubre luego todo con piel de animal de vaca o cordero. En la parte superior lleva un tudel de metal y una boquilla que es de cuerno de animal.

- ¿Requiere una técnica compleja a la hora de tocar?

-Es un instrumento delicado porque su afinación es muy compleja. El músico no solo debe jugar con los dedos, como en otros instrumentos de viento, en este caso para tapar los orificios, sino que debe ser muy cuidadoso en la embocadura con la comuna de aire, con lo que haga con los labios, para conseguir una buena afinación, un efecto u otro. Es un instrumento mucho más sensible a lo que haga el intérprete, sobre todo si lo comparamos con un instrumento moderno.

- Hay quien apunta que es el padre de la tuba.

-Sí, por el registro de bajos podría decirse que es el antecesor de la tuba y el bombardino. Acompañando a los coros religiosos, o después en el siglo XVIII en bandas militares, el serpentón hacía las partes más graves. Con el tiempo fue siendo relegado por nuevos instrumentos que eran más fáciles de afinar, además tampoco casaba bien con trombones y trompetas? todo eso hizo que fuera desapareciendo.

- Usted es profesor de bombardino ¿Siente que disfruta o transmite más con el serpentón que con el bombardino?

-Es otra sensación. El serpentón es un instrumento muy primario, y el sonido que se obtiene es más natural, más puro, como está tan relacionado con la voz la sensación de tocar con él es casi como la de cantar.

- En el concierto de música sacra ofrecido en Armenteira parecía evocar un componente espiritualidad.

-Sí porque es un instrumento muy pensado para esas ubicaciones, es un sonido que de por sí llena muy bien espacios grandes, como en este caso era la iglesia del monasterio de Armenteira.

- ¿Sabe de más serpentonistas en Galicia?

-No, que yo sepa no hay nadie más. Mismo a nivel de España puede que seamos una veintena los que lo toquemos este instrumento.