La lluvia y el granizo vencieron a la Semana Santa de Paradela, de Interese Turístico Galego, cuyos actos principales fueron anulados en el último minuto sin que llegara la tregua que permitiera la celebración de la Última Cena y la realista Crucifixión en el Monte da Croa.

Los figurantes había ensayado durante meses la representación de la Pasión y muerte de Jesús, pero este año no quedó más remedio que someterse al verdadero veredicto meteorológico que obligó a suspender los actos centrales.

Queda confiar en que el tiempo amaine para la Resurrección. "A ver si tenemos el mismo tiempo que el día de Ramos", manifestaba uno de los figurantes.

Las expectativas eran pesimistas pero en Paradela nadie se dio por vencido hasta el último minuto. La Última Cena se anuló porque ni las carpas amortiguaban el viento ni la persistente y tozuda lluvia.

Pero aún había esperanzas y muchos confiaban en un cambio del tiempo aunque solo fuera para el acto más espectacular del Viernes Santo, con el juicio del Sanedrín, el Viacrucis y el Desenclavo en el monte da Croa.

A las once de la mañana hacía frío en el entorno de la iglesia de Santa María. Marcos Roma (Jesús), los 12 Apóstoles, los soldados romanos, María y la Magdalena se refugiaron en la Casa da Fábrica para deliberar.

La conclusión era que había que empezar, conscientes del evidente riesgo de una tromba de agua. Pero minutos después por megafonía se anunciaba el comienzo del juicio a Jesús en el atrio de la iglesia a la vez que ya se avisaba de la suspensión de la realista representación de la Crucifixión.

La imagen de frustración no podía ser más evidente. Un fornido soldado romano arrojaba sobre el seto el "látigo" con el que se pretendía fustigar a Jesús hacia el Gólgota meisino, representado por cuarto año consecutivo por Marcos Roma, cuyo papel ya fue solo presencial.

Su antecesor Enrique Barros admite la frustración de todos los intérpretes. "Son muchos meses de preparación, de lectura de los textos, pero sobre todo de ilusión", reconoce a la vez que hace votos para que el tiempo no agüe la representación del próximo 2019.

Y es que los vecinos de Paradela ponen todo su empeño en que las escenas bíblicas se reproduzcan de la forma más fiel, sin que falte ni na sola cita del Nuevo Testamento.

Pero tampoco se permiten fallos en la infraestructura. A las siete de la mañana del Viernes Santo comenzó la instalación del "atrezzo" en el monte da Croa.

Primero las doce señales del Viacrucis que debería recorrer Jesús acompañado por los dos ladrones y en donde se representa todo el "calvario", desde el Prendimiento, la Flagelación y la Crucifixión.

La emoción se convirtió en frustración. "Sobre todo los niños que no pudieron contener el llanto al tener que desprenderse de sus ropajes". Pero otro año será.