El puente interprovincial que une por carretera los ayuntamientos de Catoira y Rianxo vuelve a ser noticia por su deterioro, y especialmente por el estado de sus luminarias.

Los usuarios dan cuenta esta vez de que a las farolas apagadas permanentemente o rotas desde hace tiempo en el margen norte del trazado se suma ahora el destrozo de al menos dos más.

Los postes de madera que sujetaban esas luminarias están partidos por la mitad y el trozo desprendido permanece tendido en el estrecho hueco que queda entre el quitamiedos y la barandilla lateral de protección.

En el otro lado de la carretera, en el que se encuentra la pérgola y el paseo también de madera que une las provincias de A Coruña y Pontevedra, las quejas se producen por todo lo contrario, ya que en este caso las lámparas, que sí funcionan, están permanentemente encendidas, tanto de día como de noche.

Y hay que advertir que esto no tiene nada que ver con el cambio del horario, sino que se registra este "derroche eléctrico" desde hace meses.

Los automovilistas que se hacen eco del mal estado del puente alegan, por un lado, que "existe un gasto innecesario de alumbrado durante el día y deficiente iluminación durante la noche". Por otra parte señalan que "las farolas partidas por la mitad y otras con las luminarias caídas o colgadas proyectan una muy mala imagen".

No es la primera vez que se producen quejas de los usuarios por el deficiente estado de este puente dependiente de las Diputaciones Provinciales de Pontevedra y A Coruña. Las juntas de dilatación fueron durante años un auténtico quebradero de cabeza para tales organismos, aunque no es menos cierto que en la actualidad se trata de un problema resuelto.