O Salnés no ha sido ajeno al movimiento de malestar y rabia que ha producido entre los pensionistas el anuncio de que el Gobierno les subirá sus pagas un 0,25 por ciento. El sábado pasado, un millar largo de personas se dieron cita en Vilagarcía, Cambados y O Grove para concentrarse frente a las casas consistoriales y mostrar su repulsa en una campaña que va camino de convertirse en un fenómeno social, como antes lo fueron el 8-M o, en los orígenes de la crisis económica, el 15-M. Varios de los presidentes de las organizaciones de jubilados y pensionistas existentes en O Salnés opinan que las quejas están más que justificadas.

Vivencio García, que es presidente de la Asociación de Pensionistas do Grove, plantea que la subida del 0,25 por ciento, "es como una burla. Para eso era mejor que no diesen nada". En su opinión, este es un ejemplo más de que "los políticos no hacen caso de nosotros. Para lo único que les interesamos es para los votos".

Esta asociación de O Grove no se ha limitado a participar de una u otra forma en los actos organizados por las plataformas estatal y gallega en defensa de las pensiones públicas, sino que organizó su propio acto de protesta un sábado por la mañana frente al consistorio. "En uno de los bailes que hacemos los domingos en el centro de la tercera edad cogí el micrófono y propuse hacer una protesta delante del Ayuntamiento", sostiene Vivencio García. Y así se hizo. "Yo creo que al final no nos van a hacer caso, pero por lo menos saben que no estamos de acuerdo".

También se muestra muy crítico José Cao, que es el presidente del Club de Jubilados Casa do Mar de Vilagarcía. "Mientras a nosotros nos suben las pensiones un 0,25 por ciento, al personal de la Xunta le han aumentado estos años el sueldo un 14 por ciento. No es justo lo que nos están haciendo".

¿Y por qué este movimiento de indignación estalla ahora, si las pensiones llevan poco más que congeladas desde que empezó la crisis? Para José Cao, "la gente mayor se cansó de que abusen de ellos. Esto es como el cuento del hombre que está cargando sardinas en un burro, y cuando ya lo tiene bien cargado dice, venga una más, y después, una más, y después, una más... Y al final el burro no aguanta con tanto peso".

También él cree que "los políticos no nos escuchan. Para conseguir cualquier cosa, a la gente no nos queda más remedio que manifestarnos, protestar. Y después sí, después la administración hace las cosas. Eso no es lógico".

El futuro

El presidente de la Axentiva (Asociación Xente Activa), de Valga, Manuel Vejo, también cree que a los mayores se les ha acabado la paciencia. "Me parecen bien estas protestas, porque la vida ha subido mucho más que las pensiones. Al cambio, ahora tenemos menos dinero que hace unos años, porque gastamos más". También él cree que el peso del colectivo para los gobernantes es más bien escaso, y afirma a modo de ejemplo que "la Diputación nos daba antes 300 euros al año para las actividades, y ahora ya no nos da nada".

A nivel general, opina que "la gente está harta de tanto aguantar. Llevamos así cuatro o cinco años, y si seguimos callados esto va a quedar para siempre". Además, Vejo celebra que en las concentraciones en contra del 0,25 por ciento haya mucha gente joven y de mediana edad. "Nosotros ya nada, pero a quien más atañe esto es a los que ahora están trabajando. Lo peor es para los que vienen detrás".

Finalmente, Ángel Rodiño, presidente de la asociación de jubilados A Mercede, de Cambados, opina como los demás dirigentes que "el 0,25 por ciento no es nada. Es una vergüenza que nos vengan con eso". De todos modos, cree que "hace tres o cuatro años que se debió hacer esto", en alusión a la campaña a favor de las pensiones públicas, y cree que la actual efervescencia se debe también "a que hay algo de política por el medio".

Entre estas cuatro agrupaciones tienen algo más de 1.300 socios, siendo la de O Grove la más numerosa, con 822.