Las "poxas" arrancaban, no obstante, con dos cabritas, siendo la primera de la tarde una pieza de unos cinco meses que fue el animal más codiciado de la tarde y que se adjudicó en 80 euros. Fue para José Manuel Rey, un joven vecino de Simes (Meaño) que, en realidad, se llevaba el animal de vuelta a casa. Y es que, según explicaba, "fue mi madre quien trajo la cabritilla por la mañana a modo de ofrenda al santo, y yo vine aquí con la intención de recuperarla para casa". "Como es hembra -explica- la intención es criarla durante unos cuatro años. A mi madre le han gustado siempre los animales y tenemos en casa un poco de todo en un corral: gallos, cabritillos, conejos? A sus años mi madre lo hace un poco para entretenerse, y para tener animales criados de forma natural que luego contribuyen a una alimentación más sana de la familia". La otra cabritilla de la tarde se adjudicó en 66 euros. Fue para Berta Filgueiras, una vecina de Lores asidua de esta cita: "Me encanta este momento -admitía- vengo todos los años y pujo para llevarme siempre algo", y ayer, amén de la pareja de gallos, se llevó también un pavo fallado en 35 euros.

Tras las cabritillas, turno para los gallos de corral que se subastaron por parejas, con precios que se oscilaron entre los 35 y los 60 euros las dos piezas. Hubo alguna pareja de hasta 15 kilos de peso y, aunque las primeras pujas partían siempre de unos módicos 20 euros para abrir boca, la cifra iba subiendo hasta el máximo de 60 la pareja. Los motivos de hacerse con un par de estas codiciadas aves eran muy diferentes: alguno por ofrecimiento al santo, otros para criar, un vecino de Dena para cocinar para los clientes de su local de tapas, y algunos, como "los tres Antonios" que así se presentaban tres vecinos de Portonovo, "para hacer una comida en una peña de amigos que solemos juntarnos todos los sábados, unas veces para una caldeirada de raya y otras, como por San Benito, con algunos de los gallos de compramos en las poxas de Lores".

Se subastaron también varias parejas de "kikos" -adjudicados en 20 euros cada una-, dos gallinas de Mos, dos parejas de conejos, algunas docenas de huevos y dos codiciados pavos, de casi 10 kilos la pieza, que se fallaron en 35 y 36 euros cada uno. Como cada año las "poxas" se cerraron con la subasta de un pareja de palomas, bajo la condición de que, como es tradición, el que se lleve la puja debe soltar las aves al aire ante el público mismo. Y en este caso ayer fue un padre quien se la adjudicó por 15 euros.