Tras casi un año sin sufrir ninguna incidencia, el bombeo de Cabanelas, en Ribadumia, volvió a registrar un nuevo vertido que podría tener un origen industrial, como ocurrió con los anteriores. Así lo denunciaban ayer los vecinos de la zona, que están hartos de que esta situación se repita de manera cíclica, por lo que denunciaron lo ocurrido para que Augas de Galicia acuda a tomar las muestras oportunas.

El vertido se localizó a mediodía, al ver como las aguas del afluente del Umia que pasa por las inmediaciones del bombeo de Cabanelas, adquirían un color grisáceo que indicaba la aparición de un nuevo foco en la zona. Lo más preocupante de la situación es que se registró en una jornada en la que no hubo lluvias, una norma que ocurría de manera habitual en el pasado.

Lo ocurrido provoca preocupación en el entorno del río Umia, un cauce fluvial con un alto valor ecológico y en el que se practican deportes como el piragüismo en las proximidades de donde se registró el punto de contaminación. Además, en la desembocadura existen importantes bancos marisqueros.

A principios del pasado año, los vertidos en esa zona fueron una constante, lo que llevó a la Mancomunidade, que gestiona toda la red, a realizar una serie de actuaciones tendentes a acabar con las filtraciones en la red, como la utilización de un robot para sellar las grietas que se encontraban en las tuberías.

También se incidió en el control de las industrias más próximas, ya que los residuos eran de este tipo, para controlar que no arrojasen al alcantarillado estos restos sin depurar. llegando a advertirles de que se exponían a una importante sanción económica.

Además de acabar con las filtraciones en la red, se trabajó en un proyecto de mejora del alcantarillado, que contemplaba una serie de actuaciones, como la sustitución de este pozo de bombeo por otro con mayor capacidad, o la conexión directa con la Estación Depuradora de Augas Residuais (EDAR), aunque esas actuaciones, correspondientes a Augas de Galicia, todavía no se han llevado a cabo.

Uno de los principales problemas que tiene el bombeo, además de su escasa capacidad, es que se encuentra en una zona inundable, lo que acaba provocando que, en épocas de precipitaciones copiosas, se desborde y traslade su contenido en el riachuelo próximo, que acaba desembocando en el río Umia.