El Concello de Vilanova lleva más de una década tratando de buscar la fórmula que le permita instalar cámaras de vídeovigilancia en la vía pública. Sin embargo, siempre se había encontrado con las leyes que restringen su uso. Tras varios estudios, ese problema parece que se ha conseguido sortear, al apostar por la instalación de ocho cámaras de vídeovigilancia orientadas a controlar el tráfico rodado que entra o sale del municipio.

Las ocho cámaras de vigilancia se van a instalar en diferentes cruces de Vilanova y tendrán esa doble función, la de controlar el tráfico rodado y servir para identificar a los posibles autores de un acto delictivo en caso de ser necesario.

El propio alcalde de Vilanova de Arousa, Gonzalo Durán, reconocía ayer que este tipo de cámaras "fueron fundamentales para resolver el crimen de Diana Quer, por lo que su instalación nos va a servir para dar con los causantes de cualquier delito que se registre en el municipio, ya que controlarán las horas de paso de todos los vehículos que circulen por este municipio".

La instalación de las cámaras, explica Durán, se hace "a instancias de la Policía Local, que lleva tiempo demandando un sistema de estas características para facilitar su trabajo". Para su funcionamiento se va a aprovechar la instalación de fibra óptica que se ha realizado en casi todo el Concello. Así, los principales cruces que existen en la PO-549 y los accesos y salidas del casco urbano contarán con una cámara que controlará todo lo que pase en la zona.

Las ocho serán solo las primeras que se van a instalar, ya que la intención de Durán es "extender al máximo posible la red de cámaras, incluso situarlas en puntos tan alejados del centro como el cruce de Millos, entre la PO-531 y la EP-9701, aunque hasta ese punto todavía no ha llegado la fibra óptica, por lo que habrá que esperar".

La primera vez que Vilanova barajó instalar cámaras fue hace más de una década, en un momento en el que se registró una oleada de robos en las empresas del polígono industrial de Tremoedo. El Ayuntamiento llegó, en su momento, a solicitar precio a varias empresas, aunque al final no pudieron instalarlas por cuestiones legales.