El cachalote de A Lanzada ya es historia, y deshacerse del cuerpo supuso al Concello de O Grove un desembolso sensiblemente más bajo que el previsto inicialmente.

Ayer, por fin, una pala excavadora consiguió sacar los restos del cetáceo depositados por el oleaje sobre el emblemático arenal, de tal modo que pudo ser trasladado hacia una empresa especializada que se ocupó de su eliminación.

La edil de Medio Ambiente, María de los Ángeles Domínguez Fernández, supervisó los trabajos. Y tras realizarse los mismos explicó que el coste de la operación puede rondar los 1.500 euros.

Nada que ver, desde luego, con los aproximadamente 5.000 que iban a gastarse la semana pasada, cuando este mamífero marino de más de diez metros de largo aún pesaba alrededor de cuatro toneladas, por lo que era preciso recurrir a una grúa mucho más potente que la empleada ayer para sacarlo de la arena.

Lo que sucede, hay que recordar, es que las corrientes se lo llevaron días después de haberlo dejado en la orilla y lo zarandearon bien antes de volver a "escupirlo" en la costa, en otro punto de A Lanzada, un par de jornadas después.

Así las cosas, mientras el cachalote era sacudido por las corrientes avanzaba el proceso de descomposición e iba perdiendo peso, de ahí que al final fuera más barato retirarlo.

Aún así generó un gasto imprevisto que el Concello no deseaba y que es preciso cargar a la partida reservada a la limpieza de playas para dejarlas en perfectas condiciones de uso antes de que lleguen los turistas de Semana Santa.