La campaña de libre marisqueo en la ría de Arousa llega a su fin. A falta de un par de semanas para su cierre se confirma todo lo que se había dicho desde que empezó, el pasado 2 de octubre: el recurso está agotado, al menos con el actual sistema de gestión y explotación.

Los datos hablan por sí solos. Hasta el pasado día 9 los mariscadores de a flote únicamente habían podido extraer en las zonas comunes de la ría 367 toneladas de producto. Es cierto que faltan lonjas y cofradías por aportar sus datos, pero aún haciéndolo y sumándolos a ese balance provisional, e incluso sumando también las capturas de la semana pasada, puede que ni siquiera se alcancen las 500 toneladas de producto.

Es, no cabe duda, una pésima noticia, ya que apenas representa la mitad del producto obtenido en los años buenos de libre marisqueo. Esto entierra toda esperanza de recuperación y parece evidenciar que aquellos "brotes verdes" que anunciaban cierta recuperación y se barajaron en determinados momentos de la actual y la anterior campaña eran solo un espejismo.

Os Lombos do Ulla siguen siendo la referencia, pero en 23 semanas de actividad apenas produjeron lo que antiguamente generaban en solo cuatro.

Entre el 2 de octubre y el pasado día 9 fueron solo 118 las toneladas obtenidas en este banco situado en la desembocadura del río, a la altura de la isla de Cortegada.

En concreto los "rañeiros" extrajeron 66 toneladas de almeja japónica, casi doce de fina, cerca de nueve toneladas de almeja babosa y apenas una tonelada de almeja rubia y relojito.

En cuanto al berberecho, históricamente su producto estrella, se queda en unas casi insignificantes 30 toneladas. Puede parecer mucho, y de hecho lo es si se compara con lo sucedido año tras año desde que en 2012 el parásito de la "Marteilia" arruinó su producción, desde luego es una cantidad ridícula para una zona como ésta, en la que antiguamente los berberechos "llegaban hasta Padrón", como explican de manera campechana algunos mariscadores.

Y si Os Lombos do Ulla están bajo mínimos, el banco marisquero de O Bohído no está mejor. Sufrió, no cabe duda, las consecuencias de una explotación excesiva en los últimos años, precisamente desde que el río dejó de ser el "paraíso" del libre marisqueo.

La consecuencia inmediata es que O Bohído tiene que conformarse con 99 toneladas de bivalvos. En este caso con dominio para el relojito, casi 45 toneladas, y la almeja babosa, con cerca de 39.

Hay que sumarles ocho toneladas de japónica, casi seis de almeja fina, 1,3 toneladas de rubia y apenas 178 kilos de berberecho.

El tercero en discordia, desde siempre, es Cabío, aunque esta vez con un comportamiento aceptable, sobre todo visto lo visto en las demás zonas comunes de la ría.

Este banco tradicionalmente identificado con A Pobra do Caramiñal permitió a los "rañeiros" llevar a lonja casi 57 toneladas, también hasta el pasado día 9.

La almeja rubia sigue siendo la reina en este espacio. Lo es con más de 34 toneladas, lo cual constituye el doble de lo obtenido con el relojito y está muy por encima de las cuatro toneladas de almeja babosa registradas provisionalmente en la Consellería do Mar. Testimoniales son los apenas 500 kilos que suman la japónica, la almeja fina y el berberecho.

Y por último, las "otras zonas" de libre marisqueo, es decir, pequeños bancos repartidos por toda la ría que antiguamente apenas tenía relevancia, dado que todas las miradas se centraban en Os Lombos.

Pero también en este caso se nota el declive del río, de ahí que esas áreas de marisqueo otrora secundarias ganen enteros, hasta el punto de sumar en esta campaña nada menos que 93 toneladas de bivalvos desde que comenzó la campaña hasta el día 9; lo cual supone que a estas alturas se habrán superado las cien. La mayor parte almeja rubia, con 75 toneladas, junto a diez de relojito, cinco de babosa, casi dos de japónica y una de fina y berberecho.