El cachalote que apareció muerto en la playa de A Lanzada hac euna semana va camino de convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Y lo que es peor, amenaza con suponer un elevado gasto para las arcas municipales.

Ya se explicó hace días que el Concello de O Grove necesitaría alrededor de 5.000 euros para deshacerse de este bicho de diez metros de largo y cuatro toneladas de peso.

Por fortuna para la Administración local las corrientes que lo habían depositado en la orilla se encargaron de tragárselo de nuevo, por lo que desapareció de escena.

Pero el Concello temía que volviera a aparecer, y así fue. Pasadas las diez de la noche de ayer el animal regresó a la playa de A Lanzada, y ahora la pelota (o el problema) vuelve a estar en el tejado del Concello de O Grove.

La esperanza que le queda, y para eso cruza los dedos, es que el Atlántico vuelva a reclamar lo que es suyo.